Por MARILYNN MARCHIONE

Durante más de una década, las drogas más fuertes contra el sida no conseguían controlar totalmente la infección del VIH de Matt Chappell. Pero ahora su cuerpo la controla por sí mismo y los investigadores están tratando de perfeccionar la edición genética que lo hace posible.

Científicos extrajeron algunas de sus células, desactivaron un gene que las ayuda a resistir el VIH y le devolvieron estas células “editadas” en el 2014. Este procedimiento es lo más parecido a una cura que ha conocido este paciente de San Francisco.

“Llevo tres años y medio sin medicinas”, comentó Chappell. Logró resistir el virus incluso mientras recibía tratamiento para un cáncer que debilitó su sistema inmunológico.

Chappell, no obstante, tuvo suerte. Solo unos pocos de los otros 100 pacientes que participaron en este experimento llegaron a estar dos años sin medicinas. Los demás las necesitaron para poder contener el VIH.

Ahora los investigadores creen que pueden mejorar el tratamiento y están tratando de atacar el VIH modificando el ADN del paciente. Se han puesto en marcha nuevos estudios para ensayar estos métodos.

“Las técnicas de terapia genética han avanzado mucho”, comentó el doctor Otto Yang, del Instituto UCLA AIDS, uno de los sitios que se enfocan en esta investigación. “Mucha gente piensa que este es el momento justo para explorar esto”.

Incluido Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que financia algunos de los nuevos estudios. No cree que la técnica se popularice demasiado porque ya hay mucha gente que se beneficia con los tratamientos existentes, pero dice que podría ayudar a quienes no logran controlar el virus y que hasta es posible que conduzca a una cura.

“Son técnicas audaces, innovadoras, y la mayoría buscan curar gente”, manifestó. “Vale la pena ensayarlas porque tienen sustento científico”.

LA CURA DE UN INDIVIDUO ALIENTA ESPERANZAS

Se sabe de solo una persona que se curó de una infección de VIH, un individuo al que se la hizo trasplantes de células hace una década. El donante era un hombre con inmunidad natural al virus. No tenía un gene común que facilita la infección de los linfocitos T, pilares del sistema inmunológico.

El trasplante blindó al paciente, pero ese tipo de procedimientos son muy riesgosos y poco prácticos con miras a un uso generalizado. Los científicos han estado tratando de crear otras formas similares de generar inmunidad alterando las células del propio paciente. Usan una herramienta de alteración de los genes llamada “zinc finger nucleases”, que parte el ADN en el sitio justo para prevenir el ingreso del VIH.

La empresa californiana que fabrica esa herramienta, Sangamo Therapeutics, financió los primeros estudios.

“Funcionó, los linfocitos T fueron editados”, dijo el presidente de Sangamo Sandy Macrae. Pero no funcionó lo suficientemente bien: Sobrevivieron numerosos linfocitos que no fueron modificados y que todavía podían ser infectados.

Ahora, el doctor John Zaia, del centro de investigaciones City of Hope, de Duarte, California, ensaya una nueva variante: Emplea células madre, que producen muchas otras. Cuando la célula madre es alterada, los beneficios se deberían multiplicar y durar más tiempo, señaló Zaia.

 

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