Por Katja Wallrafen

Su cerebro es tan pequeño como un alfiler, y sin embargo las pirañas actúan con cautela e inteligencia. Si bien su boca sugiere una tendencia a la irritabilidad, la coloración plateada le da a este pez un brillo encantador.

«Las pirañas son maravillosas», afirma Marco Hasselmann, quien trabaja en el acuario de Berlín y habla con un entusiasmo casi paternal sobre este género de peces.

«Lástima que todavía se los considere un pez asesino. El mito persiste, aunque no es verdad en absoluto», asegura Hasselmann.

«Estos peces tienen un olfato fantástico, que difícilmente pueda ser superado por otros peces. Su convivencia en grupos funciona bien, con una jerarquía perfectamente establecida.

En la naturaleza, las pirañas son una especie de policía sanitaria. Al igual que los buitres en la tierra, las pirañas comen la carroña en el agua. Por lo tanto, evitan la putrefacción y la aparición de gérmenes peligrosos. Esta especie de la familia de los characiformes tiene un sistema inmunológico muy robusto.

Hasselmann no deja de sorprenderse: una herida profunda causada por un mordisco caníbal de otro pez sana en muy poco tiempo y la carne se vuelve a regenerar.

¿Es posible mantener a estos peces en un acuario doméstico?

Si el motivo solo tiene que ver con la fantasía sanguinaria es no hay que mantener pirañas. Pero aquellas personas que ya tienen experiencia en la acuariofilia pueden disfrutar de estos peces en sus acuarios domésticos. Es recomendable asesorarse bien sobre las condiciones para su mantenimiento y cría, señala la especialista en Antje Schreiber.

Una de los requisitos es que el acuario sea suficientemente grande y tenga muy buenos sistemas de filtro.

«En ningún caso se debe ceder a la tentación de comprar un pez de crecimiento rápido, si no se dispone de un acuario con suficiente espacio», recalca Wolfgang Staeck, de la Asociación Alemana de acuarios y terrarios.

Las pirañas pueden crecer en un año más de 15 centímetros de largo. Tampoco son peces baratos: cuestan entre 12 y 15 veces más que un pez dorados o un guppy.

«Y dado que son peces que viven en cardumen deben convivir al menos cinco ejemplares de la misma especie», explica Frank Schäfer. El biólogo trabaja en la empresa «Aquarium Glaser», que suministra peces a mayoristas, institutos científicos y acuarios.

Según su experiencia, solo los acuaristas realmente interesados crían pirañas. «No se meten simplemente en una tienda a comprar el pez», afirma Schäfer. Por lo general se hace realiza un pedido previamente.

Las pirañas que se comercializan en Europa se crían en Europa central o en Hong Kong.

Un acuario para pirañas debe tener una capacidad de al menos 400 litros y más de 150 centímetros de largo.

«Si los characiformes tienen poco espacio en el acuario, surgen de inmediato problemas y se tornan agresivos», advierte Wolfgang Staeck.

Al instalar el acuario también hay que tener en cuenta que las pirañas son muy temerosas. Cuando entran en pánico comienzan a nadar descontroladamente de un lado a otro y se lastiman.

La decoración del acuario también cumple una función importante: la pecera debe tener recovecos, escondites y otras divisiones hechas por ejemplo con ramas y raíces para que cada pez pueda tener su propio espacio sin molestarse, aconseja Staeck.

Las pirañas comen alimentos muy variados, que incluyen componentes animales y vegetales. En el acuario en Berlín reciben por ejemplo pescado fresco para que puedan usar bien sus dientes. Pero no solo son alimentadas con carne o pescado sino también con productos industriales que incluyen una parte de vegetales.

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