Por Bernhard Sprengel
Hamburgo
Agencia (dpa)
La Filarmónica del Elba de Hamburgo envió esta semana un «saludo láser» a un gran proyecto científico que abrió sus puertas en la ciudad alemana. Se trata de la Instalación Europea de Láser de Electrones Libres de Rayos X (XFEL Europeo), que cuenta también con participación española.
«La Filarmónica del Elba de la Investigación»: así es como ha calificado el proyecto la consejera regional de Hamburgo para Investigación y Ciencia, Katharina Fegebank.
Y en realidad hay paralelismos entre ambos lugares. Por ejemplo, ambos se asientan sobre antiguos fundamentos: la Filarmónica del Elba en un almacén del muelle de los años 60, y el XFEL está muy relacionado con el Sincrotrón Alemán de Electrones (Desy) de Bahrenfeld, donde también desde los años 60 se trabaja con aceleradores de partículas.
Tampoco se diferencian mucho el tiempo de construcción -diez años para la sala de conciertos y ocho para la XFEL- ni los costes, 789 millones de euros destinados a la Filarmónica y 1,220 a la instalación científica. Pero sobre, todo, ambos proyectos pretenden sentar nuevas bases en sus respectivas áreas.
El XFEL permitirá estudiar las partes más pequeñas del nanocosmos y se espera que sirva para obtener resultados novedosos en áreas como la física de materiales, física de plasma, astrofísica, química, biología estructural o bioquímica.
Producirá pulsos de rayos X con una brillantez instantánea unos 1,000 millones de veces superior a la producida por instalaciones actuales como el sincrotrón ALBA (situado en España).
Se acelerarán electrones en un túnel subterráneo que comienza en las instalaciones del Sincrotrón Alemán de Electrones (Desy) de Bahrenfeld. Los rayos X se utilizarán sobre muestras situadas en las instalaciones de Schenefeld, a 3.4 kilómetros de distancia.
Con hasta 27 mil destellos por segundo, servirá para obtener imágenes tridimensionales detalladas de virus, células y moléculas. También permitirá grabar reacciones químicas con muy buena resolución.
En un primer momento el XFEL generará varios cientos de destellos por segundo, explicó un portavoz de la instalación, Bernd Ebeling. Aunque sea un rendimiento mucho menor del que llegará a tener, supera el de complejos comparables de Estados Unidos y Japón.
Los primeros experimentos, que se llevarán a cabo a partir de mediados de septiembre, servirán de prueba y para mejorar el XFEL. Por el momento hay dos estaciones experimentales en los que pueden emplearse los rayos X y en el futuro habrá otras dos más.
Los primeros investigadores en utilizar las nuevas instalaciones serán seguramente dos científicos de Australia y Polonia. Anton Barty y su equipo quieren conseguir fotografías de biomoléculas, mientras que el polaco Wojciech Gaweldas tiene previsto grabar una reacción química.
En el proyecto participan 11 países europeos, como: Alemania, Grecia, Italia, Rusia o Polonia. España entró en 2011 y contribuye con un 1 por ciento a los costes totales de construcción de la instalación, lo que supone una inversión de más de 14 millones de euros.
Los países que más dinero aportan son: Alemania, con un 58 por ciento, y Rusia, con un 27 por ciento. El resto de naciones contribuyen con entre un 1 y un 3 por ciento de los costos.
Las tensiones internacionales con Rusia no interfirieron en esa cooperación, aseguró Ebeling. «Rusia ha contribuido mucho, no sólo económicamente, sino también con conocimiento y módulos», añadió. Originalmente la idea partió incluso de Moscú.
También la cooperación con el Reino Unido marcha bien, a pesar de la futura salida del país de la Unión Europea, y la participación de Londres en el proyecto estará firmada para finales de año. Ya hay tanto científicos rusos como británicos con tiempo de investigación reservado en el XFEL.