Por COLLIN BINKLEY

Muchas facultades de medicina en Estados Unidos registran un fuerte aumento de personas que donan sus cuerpos a la ciencia, una tendencia atribuida al aumento de los costos de funerales y la aceptación creciente de una práctica que muchos consideraban macabra.

Este aumento ha sido una bendición para estudiantes de medicina e investigadores, que disecan cadáveres en clases de anatomía o los utilizan para ensayar técnicas quirúrgicas o probar nuevos artefactos y procedimientos.

«Hasta no hace mucho tiempo era tabú. Ahora tenemos miles de donantes registrados», dijo Mark Zavoyna, gerente de operaciones del programa de donación de órganos de la Universidad de Georgetown.

La Universidad de Minnesota dijo que recibió más de 550 cadáveres el año pasado, comparado con 170 en 2002. La Universidad de Buffalo recibió casi 600 el año pasado, el doble que en la década anterior. ScienceCare, un banco nacional de tejidos, recibe 5 mil cadáveres anualmente, el doble que en 2010.

Una de las razones es que las objeciones religiosas a la disección y la cremación parecen tener menos peso ahora que en el pasado, dijo Ronn Wade, director de la Junta Estatal de Anatomía de Maryland.

Los cadáveres son cremados y devueltos sin costo a las familias cuando dejan de ser útiles. En 2014, un entierro tradicional costaba alrededor de 7 mil 200 dólares, 29% más que en la década anterior, según la cámara de empresas fúnebres.

Los cadáveres tienen una gran utilidad en investigación y enseñanza, así como para ensayar nuevas prótesis y nuevas técnicas quirúrgicas mediante robots. Los investigadores prefieren los cadáveres humanos a los de animales.

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