PROVIDENCE, Rhode Island, EE.UU.
AP
Con sus calles coloniales estrechas, inviernos gélidos, conductores agresivos y centros de alta tecnología, la región de Boston parecería el lugar ideal para ensayar los automóviles autónomos y poner a prueba su capacidad en condiciones difíciles, pero todo el noreste de Estados Unidos no tiene leyes para regular el manejo y ensayo de esta tecnología.
Adicionalmente, los legisladores que quieren responder son rechazados por los líderes de un sector en rápido crecimiento que prefieren la ausencia de normas a un conjunto de leyes estatales que pudieran obstaculizarlos. Eso significa que las nuevas empresas locales y algunos de los departamentos universitarios de ingeniería más prestigiosos del país se encuentran en un limbo legal.
«Espero que los estados de New England nos permitan hacer este trabajo correctamente aquí muy pronto», dijo la profesora Daniela Rus, directora del laboratorio de inteligencia artificial del MIT, que ha entrado en sociedad con Toyota para desarrollar el automóvil autónomo. «Tenemos más flexibilidad para ensayar nuestros algoritmos y vehículos autónomos en Singapur que aquí. Es muy oneroso tener que llevar la investigación a otra parte para ensayarla».
A falta de normas claras, los investigadores elogian un plan del gobernador republicano de Massachusetts, Charlie Baker, de crear un circuito de ensayo en una antigua base militar a una hora de Boston, donde se realizan investigaciones de robótica e inteligencia artificial.
Pero las legislaturas estatales en la zona de New England y otras regiones que esperan fomentar la innovación al permitir la circulación de vehículos autónomos en las calles y rutas, han recibido un mensaje claro de las grandes empresas que compiten para fabricar los vehículos del futuro: por ahora no queremos y necesitamos el permiso de usted.
«A falta de una ley que prohíba esos ensayos, no se necesita una ley que los permita», dijo Wayne Weikel, de la Alianza de Fabricantes de Automóviles, a los senadores de Rhode Island en una audiencia sobre un proyecto que permitiría la circulación de vehículos autónomos en el estado.
El senador demócrata Joshua Miller, autor del proyecto, pensaba que el estado más pequeño del país era el lugar perfecto para ensayar los vehículos. El estado posee Quonset Point, una antigua base naval que incluye una escuela de manejo de alto rendimiento y un gran puerto de importación de autos, pero las compañías se oponen, sobre todo a la cláusula que obligaría a tener un operador humano en los ensayos.
Google, Volkswagen y el grupo cabildero de Weikel, que representa a 12 de las automotrices tradicionales, dijeron en una carta a los legisladores que el proyecto enviaba una señal equivocada y desincentivaba la investigación. Han objetado proyectos en Connectituct y otros estados con el argumento de que deberían esperar a que el gobierno federal elabore normas para el país.