Por ANICK JESDANUN, Associated Press
NUEVA YORK
Agencia/AP

Inténtelo bajo su propio riesgo. Por una semana entera dejé todo mi efectivo y tarjetas de crédito en casa para ver qué tal funcionan en el mundo real los servicios de pago a través del celular.

Apple Pay ha recibido mucha atención en semanas recientes, pero existen muchos otros. Google Wallet usa una tecnología inalámbrica similar, llamada NFC, las siglas en inglés de comunicación de campo cercano.

Starbucks y Dunkin’ Donuts tienen aplicaciones que generan códigos de barras para sus tiendas. Una carcasa de teléfono llamada LoopPay imita las señales producidas por los lectores de tarjetas de crédito, para que uno pueda pagar con el teléfono casi en cualquier parte donde acepten plásticos, al menos en teoría.

La buena noticia es que no me arrestaron por no pagar mis recibos. Sin embargo, en dos ocasiones, unos amigos tuvieron que pagar por mis bebidas. Una noche tuve que pedir prestados 43 dólares y también pagué por adelantado por bebidas en un bar porque no pude dejar un váucher abierto.

Sé que muchas personas no van a dejar el efectivo y tarjetas atrás ni siquiera cuando este sistema de pago se consolide. Mi reto fue encontrar lugares donde lo aceptaran.

La semana comenzó el 2 de noviembre y mis gastos totalizaron 227 dólares, sin contar viajes en tren. Cuando se trataba de celebrar en los bares ocales, me pedían efectivo o tarjeta. Al final de la semana usé lo que quedaba en mi tarjeta del tren para viajar y tuve que caminar casi 4 kilómetros a casa. Para entonces tuve que usar pantalones vaqueros para ir al trabajo porque no tenía monedas para la lavandería.
LO QUE DESCUBRÍ

Muchos locales pequeños probablemente tengan el mecanismo correcto pero no lo saben.

La aplicación Nearby de MasterCard tiene una base de datos de comercios que aceptan pagos con la tecnología inalámbrica NFC, igual que con Apple Pay, Google Wallet y Softcard.

Están incluidas algunas decenas de cadenas minoristas que se han inscrito en Apple Pay. Sin embargo, me sorprendió encontrar que también lo tuvieran muchos restaurantes locales, salones de belleza, consultorios y otros negocios pequeños. Sin embargo, cuando acudí a éstos —digamos un restaurante tailandés— los empleados no sabían nada de la NFC.
LAS COSAS SE VUELVEN MÁS SENCILLAS

Cuando comencé a probar los sistemas de pago móvil hace dos años, me frustraba la aplicación de Dunkin’ Donuts. Sin embargo, en el último mes no ha tenido fallas. Lo mismo con la app de Starbucks. Está claro además que los empleados de ambas cadenas se han acostumbrado a los pagos móviles.

Incluso aunque no hayan tenido capacitación formal, clientes y dependientes se sentirán más cómodos con el tiempo para usar esta tecnología viendo cómo la usan otros.

También tuve que reducir mis expectativas: me di cuenta que usar el celular para pagar en todos lados será difícil, como cuando se quiere dejar propina en efectivo para el mesero.

Aunque los pagos móviles no son tan sencillos como deslizar la tarjeta, estoy feliz de poder usar Apple Pay para el taxi, además siente bien poder dejar atrás algunas tarjetas comerciales, como la de Starbucks, para adelgazar la cartera.

Conclusión: Seguiré usando los pagos móviles, pero llevaré efectivo y tarjetas, por si acaso.

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