Por PHUONG LE
ELLENSBURG /Agencia AP
Los terratenientes suelen atrapar o matar a los castores, que bloquean los canales de regadío y provocan inundaciones de casas en el valle de Yakima, pero un proyecto está reubicando a los problemáticos mamíferos a las fuentes del río Yakima, donde su talento para roer sauces y construir madrigueras puede dedicarse a un buen fin.
«Los castores pueden ser muy destructivos, pero en los lugares adecuados, pueden ser buenos ingenieros del ecosistema», dijo Mel Babik, director del proyecto con el Mid-Columbia Fisheries Enhancement Group (Grupo para el Mejoramiento de la Pesca de Mid-Columbia), una organización no lucrativa que trabaja para restaurar las poblaciones de salmón.
En Washington, Oregon, Utah y otras partes del oeste de Estados Unidos, los castores se emplean cada vez más como herramientas efectivas y de bajo coste para ayudar a restaurar ríos.
Los expertos dicen que sus diques y lagos añaden complejidad a un ecosistema, frenando el flujo del agua y sedimentos. El salmón y otros peces se aprovechan de los remansos de agua lenta para descansar, alimentarse y esconderse.
Además, los estanques de los castores ayudan a almacenar el agua, tanto en la superficie como bajo tierra.
«El agua almacenada bajo tierra sale durante una época del año cuando los peces necesitan el agua fría y los agricultores la necesitan también», afirmó William Meyer, quien coordina el plan de recursos hídricos de la Cuenca de Yakima para el Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado de Washington.
Hace décadas, incluso siglos, no era raro que las personas recurrieran a la ayuda de los castores, pero el interés se ha renovado a medida que las comunidades enfrentan una disminución del salmón y problemas de abastecimiento de agua.