Por MALCOLM RITTER
NUEVA YORK /Agencia AP

Su efecto es relativamente ínfimo, pero esas pequeñas variaciones parecen afectar el impacto del café sobre la salud y la investigación genética está ayudando a los científicos a descifrar ese misterio, dijo Marilyn Cornelis de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y quien dirigió el estudio.

El proyecto analizó los resultados de unas dos docenas de estudios anteriores, que abarcaron a un total de más de 120 mil personas. Las personas involucradas reportaron la cantidad de café consumida diariamente, y permitieron que su ADN sea analizado. El estudio examinó las ínfimas diferencias en la parte del ADN vinculada con el consumo de café.

Se hallaron ocho diferencias, dos de las cuales ya eran conocidas como causantes del consumo de café. Cuatro de las seis diferencias descubiertas abarcan genes vinculados a la cafeína, ya sea cómo el organismo la descompone o cómo tolera sus efectos estimulantes, dijeron los expertos en el trabajo publicado el martes en la revista Molecular Psychiatry.

Los otros dos genes recién descubiertos dieron la sorpresa, ya que no se sabía hasta ahora que tenían vínculo alguno con el café o la cafeína, dijo Cornelis. Más bien se les conocía por su nexo con el colesterol y el nivel de azúcar en la sangre.

Marian Neuhouser, nutricionista del Centro Oncológico Fred Hutchinson en Seattle y uno de los autores del estudio, dijo que la identificación de genes vinculados al consumo de café podría ayudar a identificar a personas que necesiten atención especial para reducir su consumo de cafeína. Por ejemplo, se les recomienda a las mujeres embarazadas reducir su consumo de cafeína debido al riesgo de perder el embarazo o de tener un parto precoz, expresó.

Ninguno de los genes tiene relación alguna con la capacidad de saborear el café, dijo Cornelis, quien añadió que ella no lo toma porque no le gusta.

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