Astrónomos han descubierto señales inusuales procedentes del centro de la Vía Láctea. Se trata de ondas de radio que no se ajustan a ningún patrón actualmente comprendido de fuente de radio variable y podrían sugerir una nueva clase de objeto estelar, según publican en la revista ‘Astrophysical Journal’.
«La propiedad más extraña de esta nueva señal es que tiene una polarización muy alta. Esto significa que su luz oscila en una sola dirección, pero esa dirección gira con el tiempo –explica Ziteng Wang, autor principal del nuevo estudio y estudiante de doctorado en la Escuela de Física de la Universidad de Sydney, en Australia–. El brillo del objeto también varía drásticamente, por un factor de 100, y la señal se enciende y apaga aparentemente al azar. Nunca hemos visto nada parecido», admite.
Muchos tipos de estrellas emiten luz variable en todo el espectro electromagnético. Con los enormes avances en radioastronomía, el estudio de los objetos variables o transitorios en las ondas de radio es un enorme campo de estudio que nos ayuda a revelar los secretos del Universo. Los púlsares, las supernovas, las estrellas que se disparan y las ráfagas de radio rápidas son todos tipos de objetos astronómicos cuyo brillo varía.
«Al principio pensamos que podría ser un púlsar -un tipo de estrella muerta muy densa que gira- o bien un tipo de estrella que emite enormes llamaradas solares. Pero las señales de esta nueva fuente no coinciden con lo que esperamos de este tipo de objetos celestes», recuerda.
Wang y un equipo internacional formado por científicos de la agencia científica nacional australiana CSIRO, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, España y Francia, descubrieron el objeto utilizando el radiotelescopio ASKAP de la CSIRO en Australia Occidental. Las observaciones posteriores se realizaron con el telescopio MeerKAT del Observatorio Radioastronómico de Sudáfrica.
La supervisora del doctorado de Wang, la profesora Tara Murphy, también del Instituto de Astronomía de Sydney y de la Facultad de Física, explica que han estado vigilando el cielo con ASKAP para encontrar nuevos objetos inusuales con un proyecto conocido como Variables y Transitorios Lentos (VAST), a lo largo de 2020 y 2021.
«Mirando hacia el centro de la Galaxia, encontramos ASKAP J173608.2-321635, llamado así por sus coordenadas –apunta–. Este objeto era único, ya que comenzó siendo invisible, se volvió brillante, se desvaneció y luego reapareció. Este comportamiento fue extraordinario».
Después de detectar seis señales de radio de la fuente durante nueve meses en 2020, los astrónomos trataron de encontrar el objeto en luz visual, pero no encontraron nada. Recurrieron entonces al radiotelescopio de Parkes pero de nuevo no detectaron la fuente.
Murphy explica que a continuación probaron con el radiotelescopio MeerKAT, más sensible, situado en Sudáfrica. «Como la señal era intermitente, la observamos durante 15 minutos cada pocas semanas, con la esperanza de volver a verla –recuerda–. Por suerte, la señal volvió, pero descubrimos que el comportamiento de la fuente era drásticamente diferente: la fuente desapareció en un solo día, aunque había durado semanas en nuestras observaciones anteriores de ASKAP».
Sin embargo, este nuevo descubrimiento no reveló mucho más sobre los secretos de esta fuente de radio transitoria.
El co-supervisor de Wang, el profesor David Kaplan de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, señala que «la información obtenida tiene algunos paralelismos con otra clase emergente de objetos misteriosos conocidos como Transitorios de Radio del Centro Galáctico, incluyendo uno apodado el ‘estallido cósmico'».
«Aunque nuestro nuevo objeto, ASKAP J173608.2-321635, comparte algunas propiedades con los GCRT, también hay diferencias –puntualiza–. Y, de todos modos, no entendemos bien esas fuentes, así que esto aumenta el misterio».
Los científicos planean seguir de cerca el objeto para buscar más pistas sobre lo que podría ser. «En la próxima década, el radiotelescopio transcontinental Square Kilometre Array (SKA) entrará en funcionamiento. Podrá realizar mapas sensibles del cielo todos los días», señala la profesora Murphy.