Un sondeo de astrónomos en Estados Unidos coloca la búsqueda de vida extraterrestre al tope de su lista de prioridades para los próximos 10 años.
En un reporte emitido por la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, los astrónomos recalcaron la necesidad de continuar la búsqueda de planetas potencialmente habitables orbitando otras estrellas, sobre la base de los «progresos extraordinarios» ya conseguidos. El objetivo, apuntaron, es capturar imágenes de cualquier mundo similar a la Tierra que exista.
«La vida en la Tierra puede ser el resultado de un proceso común o pudiera requerir una serie tan inusual de circunstancias que somos los únicos seres vivientes en nuestra parte de la galaxia, o incluso en el universo. Cualquier respuesta es profunda», dijo el reporte.
«Las próximas décadas enviaran a la humanidad por un sendero para determinar si estamos solos».
Otra de las prioridades: explorar los orígenes y la evolución de los agujeros negros, estrellas de neutrones, galaxias y el universo en su totalidad.
Al mismo tiempo, el reporte de 614 páginas resalta la necesidad de una mayor diversidad en las filas de la astronomía — aun predominantemente masculinas — y sugirió que la NASA considere la diversidad de un equipo científico cuando provee fondos para un proyecto.
El sondeo es realizado cada 10 años y recibe las opiniones de científicos que trabajan mayormente en Estados Unidos.
El nuevo reporte recomienda que la NASA cree una oficina para supervisar los observatorios espaciales y misiones en las próximas décadas. Lo primero debería ser un telescopio significativamente mayor que el Hubble que pueda detectar planetas 10.000 millones de veces menos visibles que sus estrellas, dice el reporte. Una vez las tecnologías necesarias estén listas, ese telescopio podría estar listo para su lanzamiento en la década del 2040 por alrededor de 11.000 millones de dólares, seguido por otros mega observatorios por miles de millones.
Pero el reporte enfatizó además la necesidad de misiones menores y más modestas. Lanzar una nave espacial por decenio, con un límite de costo de 1.500 millones, ofrece un equilibrio de la ciencia con la oportunidad.