Los iraníes intransigentes, ahora de regreso al timón del país, pueden protestar regularmente contra el envenenamiento de la sociedad islámica por la cultura occidental. Pero en Teherán, los ciudadanos acuden en masa a un museo para maravillarse con las emblemáticas latas de sopa del artista pop estadounidense Andy Warhol.
Los pisos circulares del Museo de Arte Contemporáneo en la capital iraní exponen una amplia gama de 18 obras clásicas de Warhol, reconocibles a simple vista: retratos en serigrafía del líder fundador de la China comunista Mao Zedong y la estrella de Hollywood Marilyn Monroe, pinturas de latas de sopa Campbell y un grabado antiguo de la ex primera dama Jacqueline Kennedy.
La muestra, denominada simplemente «Una retrospectiva de la obra de Andy Warhol», abrió por primera vez en junio y cierra el domingo. La pandemia de coronavirus, que ha matado a más personas en Irán que en cualquier otro país del Medio Oriente, obligó al museo a cerrar sus puertas a los admiradores de Warhol durante algunas semanas en agosto.
«Me encanta esta pintura», dijo Fatemeh Rezaee, de 46 años, al ver la tinta coloreada del rostro de Marilyn Monroe que Warhol produjo en 1962, poco después de que la actriz se suicidara. «Al mirarlo, visualicé la historia de vida de Marilyn Monroe en mi cabeza. Hace que el concepto de muerte sea realmente tangible para mí».
Rezaee, una maestra jubilada con un hiyab de seda suelto, estaba tan cautivada por la exposición que voló desde la sureña ciudad de Shiraz para verla, dos veces.
«Su selección de colores es sobresaliente y para mí transmite una combinación de sentimientos como la melancolía y la mortalidad», añadió.
Las obras de Warhol son parte de una colección permanente valorada en miles de millones de dólares que se guarda en la bóveda del museo de Teherán. Con el auge del petróleo durante el reinado del sha Mohammad Reza Pahleví, el país adquirió miles de obras de arte, incluyendo Monets, Picassos y Jackson Pollocks, antes de que la Revolución Islámica de 1979 derrocara a la monarquía pro-occidental y elevara al poder a los clérigos chiitas.
La nueva teocracia de Irán primero prohibió el arte moderno y guardó las famosas pinturas. Pero en las últimas décadas, a medida que disminuyeron las restricciones culturales, unas 1.500 obras de arte occidentales de la era dinástica han vuelto a exhibirse con mucha fanfarria. En 2015, el consejo municipal de Teherán incluso cubrió las vallas publicitarias de la ciudad con cientos de obras de grandes pintores estadounidenses, desde Rothko hasta Hopper, transformando la ciudad en expansión en una muestra gigante al aire libre.
Aun así, los visitantes no encontrarán las obras más crudas de Warhol, como sus notorias películas experimentales, en Teherán. En 2005, cuando el museo expuso toda su colección de obras maestras estadounidenses y europeas del siglo XX, se ocultaron piezas selectas, incluyendo un desnudo de Renoir, para evitar ofender las sensibilidades islámicas conservadoras.
No obstante, el público en Teherán parecía satisfecho el miércoles con las serigrafías de Warhol que pusieron a prueba las ortodoxias al retratar temas consumistas a principios de la década de 1960.
«La gente ha acogido excepcionalmente la exposición de pinturas de Andy Warhol», dijo el portavoz del museo Hasan Noferesti, y señaló que el museo tuvo que poner límite al número de visitantes por hora debido a la pandemia de coronavirus.
Un visitante, el estudiante de microbiología de 21 años Shahin Gandomi, vestido con camisa negra y el pelo recogido en una cola, elogió la serie de pinturas de Mao Zedong.
«Cuando un artista retrata a un dictador en una obra de arte, parece que el dictador ha sido destituido de su posición sagrada», dijo.
Si bien la exposición está llegando a su fin, Noferesti dijo que el museo planea exponer pronto más obras de Warhol y otros artistas occidentales.
Aunque Irán no tiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos y las hostilidades se han mantenido entre ambos países desde 1979, las copias piratas de los éxitos de taquilla de Hollywood y la música occidental siguen siendo populares en el país, particularmente entre los jóvenes urbanos.
Las tensiones con Estados Unidos se han incrementado en los últimos meses, ya que la elección del presidente Ebrahim Raisi, el protegido del líder supremo de Irán, llevó al poder a los de línea dura en todas las ramas del gobierno.
Irán ha acelerado su programa atómico y las conversaciones para reactivar el ahora destrozado acuerdo nuclear de Teherán con las potencias mundiales se han estancado durante meses. Hace tres años, el entonces presidente estadounidense Donald Trump renegó del acuerdo y montó una campaña de presión económica que ha paralizado la economía del país.
Pero en el elegante museo de paredes blancas de Teherán esta semana, no se habló de tensiones políticas o sanciones estadounidenses.
«Ha habido grandes artistas en la historia, y es tremendamente bueno que podamos ver sus obras aquí», dijo Kourosh Aminzadeh, estudiante de artes gráficas de 20 años, que había regresado para una segunda visita.