Comenzar a asistir al colegio es un proceso que gran mayoría de seres humanos atravesamos, a algunos se nos facilitó, mientras que a otros no tanto, no obstante, se ha observado que el miedo a asistir a clases es más común entre la niñez en edades de desarrollo, al ser un momento en el que enfrentan nuevos retos y hay un cambio de ciclo en sus vidas.
Gabriela Álvarez, psicoterapéutica de niños, explica que para este proceso de ‘separación’ entre padres o encargados primarios e hijos lo importante es hacerles saber que al enviarlos a un centro escolar lo que se busca es una mejora del niño, no solamente en área académica, sino que en las áreas sociales; a esto es importante agregar la conceptualización de que la rutina cambiará, pero es un proceso familiar.
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— Diario La Hora (@lahoragt) February 4, 2022
Por eso Heidi Ocoix, licenciada en psicología, explica que un elemento fundamental para gestionar este proceso es la comunicación, ya que por medio de ella con palabras sencillas los padres o encargados pueden transmitirle al niño que estarán acompañándolos durante todo el proceso de la vida escolar, de manera anticipada.
A esto le agrega que es importante darle valor a las emociones, pensamientos y sensaciones que los hijos estén sintiendo en torno al colegio, escuchar sus experiencias es una manera de ganar su confianza, y también como padres o encargados estar conectados con el establecimiento educativo, es decir conocer el proceso del pequeño, sus relaciones sociales, porque esto le da seguridad de que su padre está presente y que está inmerso dentro de la institución para un mejor desempeño.
SEÑALES EN LA NIÑEZ QUE PUEDEN INDICAR QUE ESTÁ TENIENDO COMPLICACIONES EN EL PROCESO
Ocoix explica que ante cualquier proceso de separación de padres con un niño es normal que estos últimos empiezan con algunos síntomas por alrededor de 15 días y máximo un mes, no obstante, si esto continúa el padre debe estar alerta.
Álvarez añade que una parte muy importante es que los adultos no se muestren ansiosos o preocupados por el proceso, pues los niños se guían por lo que ven.
Ambas especialistas dan una serie de pautas que pueden identificarse con facilidad para saber que al hijo se le está complicando el proceso de adaptación de ir al colegio:
Cambios drásticos en sus hábitos de sueño, alimentación, conductas de juego, o síntomas de mucha aprehensión.
Comienzan a verbalizar sintomatología física, que no se ve físicamente y solo es por medio de palabras, que ocurre usualmente unas horas antes de tener que ir al colegio, por ejemplo “me duele la cabeza”, “tengo dolor de pierna”, “me duele el estómago”
Sus conductas son diferentes, se sienten más aburridos, irritados, dejan la actividad física y evitan temas del colegio.
UNA PREPARACIÓN ANTICIPADA
Tanto Álvarez como Ocoix coinciden en que es un proceso que debe fomentarse con anticipación, y con esto también lograrán evitar que la sintomatología mencionada con anterioridad sea más fuerte.
“Se debe verbalizar con palabras sencillas que el comenzar a asistir a clases presenciales, ayudará a que tengan amigos nuevos, las actividades lúdicas ayudarán a impulsar su curiosidad; además es importante acompañarlo y darle un recorrido por el establecimiento académico para que el proceso se sienta como un acompañamiento”, recalca la psicóloga.
Por su parte Álvarez menciona que una parte esencial es cómo los padres “le venden la idea”, y un punto importante es explicarle al pequeño que es un proceso necesario para “ser lo que ellos quieran ser de grandes”, y que todos esos sueños serán posibles por medio del estudio.
Ambas resaltan que involucrar el menor desde el proceso de inscripción, la compra de útiles, la compra de mochila y lonchera, e inclusive la decoración de los cuadernos y libros, hará que este tenga un sentido de pertenencia hará que se sienta identificado y con una seguridad, “será como un anclaje”.
Finalmente, establecer rutinas de sueño, de acciones para las tareas, las actividades recreativas también aportarán a que la adaptación sea más sencilla.
LOS PADRES O ENCARGADOS TAMBIÉN PUEDEN PREPARARSE
La psicoterapeuta explica que el rol de los padres o encargados no es hacer que al menor le guste la escuela, sino el de brindarle seguridad y confianza que requiere para ayudarle en lo que necesite, por eso enviarlo al colegio es una forma de brindarle herramientas para su desarrollo y autonomía.
Por su lado, Ocoix explica que un proceso fundamental en este ámbito es apoyarse como pareja, y no designar el rol de apoyo para el pequeño solo a un cónyuge, esto ayuda a reducir el desgaste físico y mental que surgirá en el periodo de adaptación, y si no existe un consorte, el apoyo de familiares como hermanos, papás, abuelitos es una opción.
SITUACIÓN ACTUAL: COVID
A causa de la pandemia los niños han pasado alrededor de casi dos años recibiendo clases de forma virtual o híbrida, el tiempo en familia ha aumentado, e inclusive en niños que apenas están ingresando a estudiar en sus primeros años, el proceso de separación puede ser un tanto más complicado, por eso Ocoix menciona que una forma de trabajar el proceso de separación es por medio de despedidas rápidas y rutinarias.
“Es importante darle toda la atención al proceso de despedida, que no sea solo superficial, darle la importancia de espacio y amor que merece, y de una forma agradable en la que los padres puedan despedirse concisa y rutinariamente del niño para que se pueda ir acostumbrando”
Heidi Ocoix, licenciada en psicología
Por último, Álvarez destaca que los niños pequeños son muy maleables y se adaptan rápido, por eso es importante conceptualizar con ellos que la pandemia es una condición de vida en la que hay que aprender a vivir con ella, y que mantener herramientas como: la distancia, mascarilla, gel y lavado de manos constante será una forma de que estén sanos y bien.