De sabor amargo pero energizante, el Gifiti es una bebida fermentada de origen garífuna elaborado con base en un licor comercial, al que se le añaden plantas naturales que se fermentan durante varios días dentro de la botella.
Usada tradicionalmente con fines medicinales, o como un aperitivo; poco a poco el Gifiti, (en lengua garífuna significa amargo) se comercializa en las calles de Livingston, Izabal como una bebida que los identifica como cultura y como región.
El emprendedor Carlos Nolberto Caballeros dio el siguiente paso para darle a esta bebida un valor agregado y convertirlo en un producto formal, de marca registrada. La bautizó con el nombre de Namule, que significa “hermano” en su pueblo originario.
El producto se encuentra disponible en distintas presentaciones en la tienda “Mi pueblo, mi producto” en Plaza Flamingo, zona 1. Una iniciativa que forma parte del programa de emprendimiento del Viceministerio de Economía, Sigfrido Lee, del área de MYPIMES.
BOTÁNICA CARIBEÑA
La botánica de esta bebida se encuentra en el Caribe guatemalteco. Se elabora con base en plantas nativas y raíces propias. La preparación base es una combinación de agua y ron a la que se le añaden las plantas que se dejan fermentar un promedio de 5 días. Finalmente se destila para embotellarlo.
Los ingredientes usados en la mezcla de Nolberto son: Contribu, un arbusto conocido como: “Palo de Hombre” (Picraena excelsa), con su principal activo llamado “Cuasina” sustancia amarga. Las especies añadidas son: sorosí (planta medicinal), hoja de canela, pimienta gorda, clavo de olor, anís y nuez moscada.
En la bebida tradicional, cada persona le añade los ingredientes o especies de su predilección. Se le atribuyen propiedades afrodisiacas y reconstituyentes, se considera que contribuye a tonificar el organismo y eliminar toxinas, aunque “el consumo en exceso tiene efectos embriagantes”, aclara Nolberto.
PROPIEDAD INTELECTUAL
El antropólogo Alfonso Arrivillaga, experto en la cultura garífuna, lo reconoce como una bebida “amarga psicoactiva”, que se renueva con cierta regularidad, suele mantenerse en casa y se ofrece a los invitados. Cuestiona los derechos de propiedad intelectual de esta bebida, algo que no suele documentarse entre los pueblos ancestrales, sino se extienden por tradición oral.
Aunque Carlos Nolberto no es el primero que comercializa esta bebida. En Honduras, el emprendedor Iván Franzua, bautizó su bebida como “Gifiti Franzua”.
“Como individuos autoidentificados como Garífuna empresarios, nos convertimos en depositarios y portadores de nuestros conocimientos tradicionales. Esto nos permite crear una propuesta de valor a través de la innovación de la bebida Gifiti, transformándola en un producto con una marca que la identifica comercialmente, con el objetivo de posicionarla en los mercados nacionales”, afirma Carlos Nolberto.
Parte de la justificación de este emprendimiento lo sostiene en que los conocimientos y prácticas ancestrales del pueblo garífuna se encuentran en sus expresiones culturales y en su vida cotidiana. Se fundamentan en su cosmovisión, principios y valores; y se han transmitido de generación en generación a través de sus fuentes orales.
Expone que la propiedad intelectual y los conocimientos tradicionales son reconocidos por el: Comité Intergubernamental de Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos
Tradicionales y Folclore, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMP), la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, entidades internacionales que a través de una serie de sus instrumentos buscan adoptar medidas eficaces para reconocer y proteger el ejercicio de estos derechos.
VALOR AGREGADO
Sigfrido Lee, viceministro de MYPIMES, estuvo presente en el lanzamiento de Namule. “Hay una gran diferencia en una marca que ofrece calidad, procesos y garantía. Es darle un valor agregado”, comentó.
La nueva marca se integra al Programa del Ministerio: “Mi pueblo, mi producto”, una tienda de productos artesanales de 12 comités a nivel nacional que en sus inicios tuvo apoyo de la cooperación japonesa.
El funcionario informó que este programa busca fomentar industrias locales alrededor de una marca. Los emprendedores interesados pueden acercarse a las oficinas centrales del Ministerio de Economía o delegaciones departamentales. “Luego de hacer un diagnóstico, se les ofrece asesoría para lograr acceso a financiamiento bancario y de esta forma puedan desarrollarse”, comentó.