BUENOS AIRES
Agencia (AP)
Argentina reportó una inflación de 4,5% en marzo y acumuló en el primer trimestre del año un incremento de 13%, lo cual dificulta que se pueda cumplir con la proyección anual estimada por el gobierno de Alberto Fernández en el presupuesto 2021.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que el índice de precios al consumidor del último mes se aceleró a partir de los incrementos en los rubros de educación (28,5%) por el impacto en las cuotas de colegios privados y gastos en materiales educativos, entre otros, y en prendas de vestir y calzado (10,8%).
En febrero la inflación había sido de 3,6%.
El indicador de marzo, que fue incluso superior a las proyecciones privadas, pone en duda la estimación del gobierno de una inflación anual del 29% en el presupuesto nacional para 2021. Si se compara con marzo de 2020, el costo de vida aumentó 42,6%.
Antes de conocerse la cifra, el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que confía en una desaceleración de la inflación en los próximos meses a partir de acuerdos de precios por sectores y mayores controles para evitar subas desmedidas, especialmente en alimentos.
La inflación en Argentina, la segunda más alta en la región detrás de Venezuela, es motivo de preocupación para el Fondo Monetario Internacional (FMI) en momentos en que renegocia un cambio en las condiciones de pago del préstamo que le otorgó por más de 56.000 millones de dólares en 2018, del cual se desembolsaron unos 44.000 millones.
«Una economía con inflación elevada genera preocupación y en Argentina es elevada y ha sido elevada durante los últimos cuatro años», expresó Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FM). «Es un reto importante bajarla», consideró.
Werner explicó que partes de las negociaciones con las autoridades argentinas, con el Banco Central y la Secretaría de Hacienda, son sobre los marcos macroeconómicos y medidas complementarias de coordinación de expectativas que contribuyan a bajar la inflación y generen un sector financiero más estable, con tasas de interés más bajas.
«Esto permite eventualmente una recuperación más dinámica de la inversión y de la generación de empleos», sostuvo.
La deuda con el FMI debería cancelarse para 2024, algo que el país sudamericano considera imposible en el actual contexto de pandemia que agravó la crisis económica y social.
Werner explicó que las negociaciones en la parte técnica «hay mucho trabajo avanzado» y se encuentran «con una plataforma de entendimiento sobre la cual podemos avanzar muy rápidamente en la medida que se decida tener un acuerdo relativamente rápido».
Sobre los tiempos del acuerdo dijo que eso depende «mucho más obviamente del lado de las autoridades argentinas».