Por GISELA SALOMON y CLAUDIA TORRENS
MIAMI
Agencia (AP)
El Fondo Monetario Internacional elevó el lunes a 4,1% la expectativa de crecimiento económico para 2021 en América Latina, pero advirtió que la recuperación continúa bajo las amenazas de la pandemia y que podría retroceder si los gobiernos no logran contener la transmisión del COVID-19.
«Claramente la recuperación está en riesgo», expresó Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. «Los costos sociales y humanos de la pandemia han sido enormes y hacen que se cierna una gran sombra en este pronóstico», sostuvo en una rueda de prensa virtual que ofreció desde la sede del organismo en Washington.
Los pronósticos del FMI son levemente más optimistas que los del Banco Mundial, que a principios de enero dijo que la actividad económica de Latinoamérica podría crecer entre 2% y 3,7% en 2021 a medida que los países flexibilicen las restricciones impuestas para controlar la pandemia. A nivel global, las previsiones son de una recuperación de alrededor de 4%.
Desde 2012 la región atraviesa una desaceleración económica que se profundizó en 2015 y 2016 con una contracción y terminó en 2019 con un estancamiento. Se esperaba que 2020 fuera un buen año y que la economía empezara poco a poco a repuntar, pero el escenario cambió radicalmente con la llegada del coronavirus.
En octubre de 2020 el FMI había pronosticado un crecimiento de 3,6% para ese año en Latinoamérica, pero revisó su previsión después de ver que las economías de los países comenzaron en el tercer trimestre a recuperarse.
Ahora también revisó al alza su pronóstico de 2020 de una recesión económica de 8,1% a 7,4%. Para 2022 prevé un alza de 2,9% en la actividad regional.
La recuperación plena, no obstante, aún está muy distante. El FMI estima que el producto bruto de la región retomará los niveles previos a la pandemia recién en 2023, mientras que el Producto Bruto Interno por persona lo hará en 2025, más tarde que otras regiones.
Werner explicó que avizora una recuperación «incierta y desigual» para este año en la región.
Durante una conferencia posterior realizada el mismo lunes, Werner destacó que tanto el sector de la educación como el de la salud pública van a necesitar una fuerte inyección de dinero público.
Alrededor de 17 millones de personas entraron a la pobreza en América Latina por el impacto de la pandemia, que ha dejado más de 19 millones de contagiados. Más de 620.000 personas han muerto, según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
Werner ofreció ayer los pronósticos para cada país. El crecimiento también fue revisado al alza en Brasil a 3,6%; México, a 4,3%; Chile, a 5,8%; Colombia, a 4,6%; y Perú, a 9%. Argentina, que en 2020 registró una contracción económica de 10,4%, tiene previsto crecer este año un 4,5%.
Este será un año electoral en muchos países de la región, con Argentina y México celebrando elecciones legislativas y Perú y Chile elecciones presidenciales, lo que generará «un poco de incertidumbre» económica en la región. La significativa presión a las finanzas públicas, dijo Werner, «abrirá la puerta a tensiones sociales».
El funcionario advirtió que la incapacidad para contener nuevas infecciones, sumada a nuevos confinamientos y el cambio de comportamiento de la población «supondrán, en suma, un lastre para el crecimiento».
Pero destacó también que la eficacia en las campañas de vacunación y contención de la pandemia y un apoyo fiscal adicional podrían allanar el camino de una recuperación más rápida.
En los países del Caribe, que se sustentan principalmente del turismo, la revisión fue a la baja de 4% a 2,4%. El organismo fundamentó su decisión en la demora que ha tenido la reanudación de los viajes.
América Central, por su parte, se ha visto apuntalada por las remesas que recibe desde el exterior y el aumento de los precios de los alimentos, entre otros factores.