CIUDAD DE MÉXICO
Agencia (AP)
México ha pedido en los últimos cuatro meses más de 1,1 millones de empleos formales como consecuencia de las medidas de aislamientos social y la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, pero el gobierno insiste en que la tendencia cambiaría con la entrada en vigor esta semana del nuevo tratado de libre comercio de América del Norte.
Según los últimos datos divulgados el domingo por el Instituto del Seguro Social, que registra a los trabajadores con contrato formal en el país, en junio se perdieron 83.311 empleos, una cifra sustancialmente más baja que los 130.593 que se perdieron en marzo, los 555.247 de abril y los 344.526 de mayo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, reactivará la economía y las inversiones y confió en que la perdida de empleos se detenga en julio.
El canciller Marcelo Ebrard dijo el sábado que la empresa francesa Safran anunció el inicio de la construcción de una planta en el norteño estado de Chihuahua para fabricar los interiores de los aviones de pasajeros Boeing, una inversión que se prevé que dará empleo a más de 800 personas.
Sin embargo, las expectativas de los expertos siguen siendo pesimistas.
La junta de gobierno del Banco de México (Banxico) celebrada esta semana alertó del «severo deterioro» de la actividad económica en México —la actividad industrial cayó casi un 30% en abril— y auguró que la contracción de la economía, que se había estimado en un 8,8%, podría llegar hasta los dos dígitos.
Uno de sus miembros, alertó, según la minuta de la junta, de que más de 10 millones de mexicanos que trabajaban en el sector informal también se han quedado sin trabajo, la mayoría población vulnerable.
El banco central mexicano advirtió también de un entorno de «elevada incertidumbre y cautela» por parte de los inversionistas por el riesgo de que ocurran rebrotes de la epidemia en algunas regiones.