Por AARON MORRISON
NUEVA YORK
Agencia (AP)
Cuando la crisis por el coronavirus se hizo sentir con fuerza, el empleador de Akeil Smith recortó su trabajo de asistente sanitaria a domicilio a 25 horas por semana. Su salario de 15 dólares la hora dejó de ser suficiente para pagar el alquiler mensual de 700 dólares y se vio en la necesidad de acudir a centros de distribución de alimentos.
Si bien millones de trabajadores estadounidenses de antemano han recibido un pago de ayuda rápida de parte del Tesoro federal por medio de un depósito bancario directo, Smith se encuentra entre las millones de personas que carecen de una cuenta de banco tradicional y que deben esperar semanas para que les lleguen cheques de papel. Cuando los cheques finalmente llegan, esta población compuesta en su mayor parte por negros e hispanos no suele tener otra opción que usar los costosos servicios de cambio de cheques a fin de tener el dinero en sus manos.
«Yo vivo de cheque a cheque, y justo ahora necesito más comestibles», declaró Smith, de 35 años, a The Associated Press mientras esperaba en el interior de Payomatic, un pequeño local de cambio de cheques en un vecindario de Brooklyn habitado principalmente por gente de raza negra.
En las seis semanas que han pasado desde que la pandemia paralizó la mayor parte de la economía de Estados Unidos, más de 30 millones de trabajadores estadounidenses han solicitado ayuda por desempleo. El Congreso aprobó un paquete de rescate económico de 2,2 billones de dólares.
En abril, el gobierno empezó a enviar 1.200 dólares por persona, 2.400 por cada matrimonio y otros 500 dólares por cada hijo dependiente de familias pobres y de clase media en todo Estados Unidos. Las familias con mejor posición económica pueden recibir ya sea una cantidad menor o nada, dependiendo de sus ingresos.
Para ayudar a facilitar la entrega de los pagos, el gobierno federal lanzó un portal en línea en el cual las personas proporcionan su información bancaria para recibir un depósito directo. Pero ese sistema no funciona para aquellos sin cuentas de cheques o de ahorros.
Un memo de la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes obtenido por la AP calculaba que cada semana se emitirán aproximadamente cinco millones de cheques físicos, lo que significa que la mayoría de los trabajadores en apuros podrían verse obligados a esperar semanas antes de recibir el pago.