Hannover/Ürümqi
Agencia (dpa)
La automotriz alemana Volkswagen mantendrá su fábrica en la ciudad china de Ürümqi, capital de la región autónoma de Sinkiang, a pesar de las informaciones sobre violaciones de derechos humanos en la zona, según un comunicado dado a conocer hoy.
En una respuesta del Gobierno regional de Baja Sajonia a una pregunta del Partido Los Verdes se comunicó que la empresa «sigue apostando por la fábrica en Ürümqi en base a la suposición de que el oeste de China seguirá creciendo económicamente en los próximos años».
Así, está previsto que además del Volkswagen Santana que ya se fabrica en Ürümqi a partir de ese año también se produzca un modelo de SUV. La planta tiene una capacidad para 50.000 vehículos y está siendo aprovechada a pleno.
Conforme a esta información, la empresa no tiene conocimiento de violaciones a los derechos humanos en la fábrica, que Volkswagen gestiona junto con su socio chino SAIC. Agrega que uno de cada cuatro de los 650 empleados pertenece a minorías, lo que se corresponde con el porcentaje de las minorías en la población de la ciudad de Ürümqi.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, según sus siglas en inglés) publicó a fines de noviembre documentos chinos que dan cuenta de una persecución sistemática de los uigures y de instrucciones para la internación masiva de esta minoría musulmana.
Por eso, Los Verdes en el parlamento regional de Baja Sajonia pidieron explicaciones al Gobierno regional. El estado federado de Baja Sajonia es accionista de Volkswagen. El primer ministro regional, Stephan Weil, y el ministro de Economía de este «Land», Bernd Althusmann, forman parte del consejo de vigilancia de Volkswagen.
En su respuesta a la pregunta de Los Verdes, el Gobierno regional hizo referencia a la confidencialidad a la que están obligados los miembros del consejo de vigilancia.
Se estima que en China viven diez millones de uigures, la mayoría en Siankiang. Étnicamente esta minoría está vinculada a los turcos y se siente reprimida económica, política y culturalmente por los chinos de la etnia dominante han.
Tras llegar al poder en 1949, los comunistas se apropiaron de lo que era Turquestán Oriental. El Gobierno en Pekín acusa a grupos uigures de separatismo y terrorismo.