Recurso de red 5G. Foto la hora: TELEFÓNICA DEUTSCHLAND / Europa Press/Dpa.
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MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

La agencia de calificación crediticia Moody’s prevé que las inversiones de las empresas tecnológicas europeas en el 5G sean «graduales» en los próximos años, lo que hará que Europa vaya con «alrededor de dos años de retraso» en la introducción de la nueva tecnológica móvil respecto a Estados Unidos y Asia.

En un informe sobre el sector de las telecomunicaciones en la región Europea, Oriente Medio y África (EMEA), la entidad destaca que, aunque la comercialización del 5G en Europa ya está en marcha, su despliegue será un «proceso evolutivo» que hará que esta tecnología no se convierta en algo «potencial disruptivo» hasta después de 2025.

En consecuencia, Moody’s ve improbable que el 5G sea uno de los catalizadores que impulse el crecimiento de los ingresos de las operadoras de telecomunicaciones en los próximos 12-18 meses y espera que su contribución no sea significativa antes de 2022 «como pronto».

En cuanto a la inversión, la agencia de calificación crediticia cree que los esfuerzos de los operadores durante 2020 seguirán centrándose en la parte de acceso a la red, con el objetivo de mejorar la densidad de la fibra óptica para permitir mayor capacidad y más velocidad.

Además, añade que el principal motor de la inversión de las compañías en torno al 5G antes de 2022 girará en torno al espectro, ya que esta tecnología usará bandas de frecuencias que no están en manos de los operadores actualmente. Así, espera que el gasto en espectro sea «moderado», ya que prevé que los gobiernos se centren más en el desarrollo de la infraestructura que en la recaudación de fondos.

En este contexto, señala que algunas compañías ya han realizado «grandes inversiones» y están mejor posicionadas para reducir el gasto de capital, como Telefónica, Telia, Altice o Swisscom, mientras que otras como Deutsche Telekom, Telecom Italia y BT tendrán que elevarlo para hacer frente a las inversiones necesarias.

PERSPECTIVA NEGATIVA

Por otro lado, Moody’s recuerda que en septiembre empeoró de ‘estable’ a ‘negativa’ su perspectiva para el sector de las telecomunicaciones en EMEA debido al estancamiento de los ingresos, sin que exista un posible catalizador de los mismos en 2020, así como a los «significativos vientos en contra» a los que tendrán que hacer frente las operadoras en los próximos 12-18 meses.

En concreto, la agencia de calificación crediticia menciona aspectos como la presión continua sobre los precios por la intensa competencia, las limitaciones para la consolidación de la regulación y un crecimiento del PIB más lento de lo esperado en Europa.

A este respecto, detalla que el reciente nombramiento de Margrethe Vestager como comisaria europea de Competencia un mandato más sugiere que se mantendrá sin cambios el enfoque actual en operaciones de fusiones y adquisiciones, limitando posibles movimientos de consolidación, y que podría llevar a restricciones en acuerdos de compartición de redes.

Asimismo, la agencia advierte de la «limitada flexibilidad financiera» de las empresas europeas de telecomunicaciones para 2020 para enfrentarse al nuevo ciclo inversor, a lo que se suma el alto endeudamiento que aún mantienen empresas como Telefónica, Vodafone, Telecom Italia o Deutsche Telekom.

Por otro lado, también señala que las presiones en los precios de las acciones de las empresas de telecomunicaciones sugieren que hay potencial para que inversores «activistas» entren en el sector y busquen cambios en estrategias y políticas financieras.

CRISIS DE HUAWEI

Por otro lado, Moody’s añade que la incertidumbre en torno a Huawei podría tener «algunos efectos de contagio» en las decisiones comerciales de los operadores de telecomunicaciones, ya que puede que algunos se decidan a elevar su exposición a otros proveedores de redes alternativos.

Así, incide en que la presiones sobre las empresas del sector de telecomunicaciones para limitar o evitar que se contrate a Huawei como proveedor 5G se produce en un momento «crítico» en el que el sector está empezando a seleccionar el equipamiento para la nueva tecnología móvil.

En opinión de Moody’s, que recuerda que el 50% del equipamiento de red instalada en Europa es de Huawei, excluir al fabricante chino de un proceso con varios proveedores implicaría mayores costes para las empresas del sector y un retraso en el despliegue de las redes 5G.

La agencia recuerda que la mayoría de los países europeos no han impuesto medidas que hayan afectado a la dependencia de los operadores de Huawei, pero la Comisión Europea (CE) y los Estados miembros han elevado su vigilancia sobre el uso de proveedores de 5G no europeos dadas las posibles dudas en torno a la seguridad de los datos.

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