El ministro de Finanzas, Olaf Schiltz, a la izquierda y la canciller alemana Angela Merkel. Foto la foto. Michael Sohn/AP.
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Por DAVID McHUGH y PAUL WISEMAN
FRÁNCFORT
Agencia (AP)

Imagina prestar dinero a alguien y tener que pagar por ese privilegio. O que te pidan invertir y te informen cuánto perderás.

Suena absurdo, pero así está comportándose el mercado global de bonos estos días. Un número cada vez mayor de bonos de gobierno y empresas se están negociando a tasas negativas, una “dimensión desconocida financiera” que se inició después de la crisis financiera y que se ha acelerado debido al temor de que la frágil economía global sufrirá más daños por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Por primera vez, el gobierno alemán vendió bonos a 30 años a tasa de interés negativa. Los documentos no pagan intereses. Aun así, los interesados en las subastas estuvieron dispuestos a pagar más que el valor nominal que recibirán al vencimiento.

Esta colocación se ha sumado a otros ejemplos de bonos con rendimiento negativo que los inversionistas han estado adquiriendo en diversas partes del mundo, lo que deja entrever que prevén que el crecimiento y la inflación globales se mantendrán debajo de la media en los años por venir. Después de todo, aceptar un rendimiento negativo en un bono aceptar perder dinero a cambio de guardar dinero en lugar seguro podría reflejar pronósticos de que los rendimientos descenderán todavía más.

“Básicamente se está pagando una tarifa de almacenaje con estas tasas negativas”, dijo Jim Bianco, de Bianco Research, en Chicago.

La deuda mundial a tasas negativas ha crecido de 5.7 billones de dólares en octubre a 12.2 billones a mediados de julio y 16.4 billones en la actualidad, dijo Bianco.

“Hasta hace algunos meses, una deuda con rendimiento negativo era una curiosidad interesante”, apuntó. “En los últimos tres meses, se ha convertido en la norma en el mercado”.

El fenómeno de rendimiento negativo 87% de la cual se sitúa entre Europa y Japón está por encima de todo indicio de pesimismo sobre el futuro.

“Es como termómetro de la economía, y está indicando que la economía está enferma”, dijo Sung Won Sohn, economista de negocios de la Universidad Loyola Marymount en California.

El mercado de bonos está respondiendo a las expectativas de que muchos bancos centrales como la Reserva Federal y el Banco Central Europeo responderán a la debilidad económica y la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China mediante mayor estímulo en un intento para bajar las tasas de interés. El BCE ha indicado que podría decidir un plan de estímulo en su reunión del 12 de septiembre.

A pesar de su fuerte calificación crediticia y de la sólida demanda de sus bonos, Alemania es una gran parte del problema de crecimiento para la Eurozona. La economía alemana se contrajo 0.1% en el segundo trimestre y podría caer en recesión con otro trimestre de producto interno bruto a la baja.

Las tasas negativas no son sólo un indicador de dificultades económicas. También pueden causar problemas en el sistema financiero: dificultan fondear los ahorros para el retiro, que los bancos logren ganancias y que las aseguradoras financien sus futuros pagos.

De hecho, las acciones de bancos han caído en el último año: 24% en Europa y 23% en Japón.

El alto precio de los bonos reflejado en los bajos rendimientos también plantea la posibilidad de un desplome en el mercado de bonos si cambia el sentimiento de los inversionistas.

Eso podría pasar si las economías de Europa y Japón comienzan a ganar impulso y sus bancos cambian las políticas de dinero fácil.

“Lo peor que le puede pasar a estos bonos es que, Dios no lo quiera, las economías se recuperen”, dijo Bianco.

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