Por MARTIN CRUTSINGER
WASHINGTON
Agencia (AP)
La Reserva Federal dejó intacta su tasa de interés de referencia y dijo que no proyecta aumentos para 2019, en una drástica reafirmación de su plan de ser “paciente” en cuanto a futuros incrementos.
La Fed dijo que mantendría su tasa de referencia que afecta desde hipotecas hasta tarjetas de crédito en la banda del 2.25% a 2.5%. Añadió que dejará de reducir su tenencia de bonos en septiembre, una medida que ayudaría a mantener bajas las tasas de interés a largo plazo.
En conjunto, estas medidas apuntan a que no habrá aumentos importantes de las tasas de préstamos para consumidores y negocios. Algunos analistas creen que la próxima medida podría ser una rebaja de las tasas si la economía de Estados Unidos se desacelera en la medida que algunos temen.
Al anunciar que no habrá alzas este año, los responsables de la política monetaria redujeron su pronóstico de dos incrementos que habían emitido en diciembre. Ahora proyectan un aumento de las tasas en 2020 y ninguno en 2021.
Esto responde en parte a la desaceleración de las economías global y estadounidense. El banco central estadounidense dijo que aunque el mercado laboral sigue fuerte, “el crecimiento de la actividad económica se ha desacelerado desde su sólido avance en el cuarto trimestre”.
La Fed pronostica un crecimiento económico de 2.1% este año, comparado con su proyección anterior de 2.3%.
La paciencia y flexibilidad del banco central reflejan su respuesta desde principios de año a la lentitud del crecimiento en el país y el extranjero, el nerviosismo del mercado accionario y el nivel persistentemente bajo de la inflación. La Reserva efectuó un brusco viraje en su reunión de enero al anunciar que no preveía volver a elevar las tasas en el futuro inmediato.
La transición a una Fed menos intervencionista y el abandono de una política de ajuste del crédito alienta la idea de que el banco central descarta por ahora el aumento de las tasas e incluso podría tomar medidas este año para sustentar antes que contener la economía. Aunque la economía estadounidense descansa sobre bases sólidas, existe el riesgo de la desaceleración y los conflictos comerciales.