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París/Tokio
Agencia (dpa)

El Gobierno francés presionará para que la automotriz Renault nombre a una cúpula de administración interina tras la detención de su presidente y director ejecutivo Carlos Ghosn en Japón, aseguró hoy el ministro de Economía, Bruno Le Maire.

Ghosn, acusado de fraude, no está «en posición de dirigir el grupo», declaró Le Maire en una entrevista con FranceInfo. El ministerio controla el 15 por ciento de la empresa automotriz.

Le Maire subrayó, sin embargo, que no pedirán la dimisión de Ghosn del consejo de administración de Renault porque «no tienen pruebas» en su contra.

Francia solicitará a Japón que comparta la evidencia que haya obtenido de Nissan «para conocer exactamente de qué se acusa al señor Ghosn».

La juta directiva de Renault se reunirá esta tarde a las 19:00 horas (18:00 GMT) para abordar la crisis, según FranceInfo.

Las autoridades francesas están investigando ahora además la situación fiscal de Ghosn en Francia tras conocer la noticia de su arresto, si bien Le Maire subrayó que por ahora no hay nada en su contra.

Ghosn es presidente de la alianza entre Renault y Nissan. La junta directiva de la automotriz japonesa anunció que prevé destituirlo el jueves.

Nissan informó en un comunicado que una investigación interna reveló que Ghosn, nacido en Brasil hace 64 años, no había informado de la totalidad de su salario, además de cometer otras irregularidades. La automotriz también planea destituir al director representativo de la automotriz, Greg Kelly, quien supuestamente colaboró con el presidente para ocultar parte de sus ingresos.

Según la agencia de noticias Kyodo, que cita fuentes no identificadas, Ghosn, quien también tiene la nacionalidad francesa y libanesa, también usó fondos de Nissan para comprar casas en Brasil y en otros tres países.

Durante meses, empleados de Nissan investigaron los indicios proporcionados por un informante de que Ghosn había estado ocultando a la Bolsa de Tokio parte de su salario. Según la agencia japonesa Kyodo, en un plazo de cinco años ocultó presuntamente 5 mil millones de yenes (unos 40 millones de euros o 45 millones de dólares).

Ghosn preside el consejo de administración de la japonesa Nissan y la junta directiva en la francesa Renault. Además, lidera la alianza entre ambas. Hasta la fecha estaba considerado en Renault un ejecutivo intocable, y el fabricante de coches francés había prolongado su contrato a principios de año hasta 2022.

En Japón, el arresto de Ghosn, muy apreciado en este país por haber salvado de la quiebra a Nissan, cayó como una bomba e hizo que las acciones de automotriz nipona en la Bolsa de Tokio cayeran hoy un 5,45 por ciento. Los títulos de Mitsubishi Motors, cuyo consejo de administración también está presidido por Ghosn, se dejaron un 6,85 por ciento.

En conferencia de prensa, el portavoz del Gobierno en Tokio, Yoshihide Suga, calificó la detención del presidente de una de las compañías más grandes de Japón de «extremadamente lamentable». Agregó que el Gobierno «observará detenidamente cómo esto afectará a la economía» japonesa.

Los trabajadores de Nissan expresaron su enfado, sorpresa y frustración al ser preguntados por medios japoneses sobre el escándalo. «Ellos son los únicos que obtienen los beneficios y eso es inaceptable», dijo a Kyodo un trabajador veinteañero cuando se dirigía a la planta de Nissan al norte de Tokio.

El presidente de Nissan, Hiroto Saikawa, quien sucedió a Ghosn en abril de 2017, dijo la tarde del lunes ante la prensa que el escándalo refleja el «aspecto negativo del prolongado control del poder de Ghosn» y ocurre como consecuencia del «poder excesivo» concentrado en una sola persona.

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