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Londres
Agencia (dpa)

Otros cinco ministros británicos amenazan con dimitir si la primera ministra británica, Theresa May, no introduce cambios en el preacuerdo alcanzado con la Unión Europea (UE) para regular el Brexit, asegura hoy el diario «Times» citando fuentes del Gabinete en Londres.

Después de que Dominic Raab y Esther McVey dimitieran esta semana como ministro para el Brexit y Ministra de Trabajo, respectivamente, otros cinco miembros del Gabinete exigen ahora a May cambios en el llamado «backstop».

Se trata de un mecanismo contemplado en el acuerdo que prevé medidas para evitar controles fronterizos en el límite entre Irlanda del Norte, que saldrá de la UE como parte de Reino Unido, e Irlanda, que seguirá formando parte del bloque comunitario. La cuestión se ha convertido en la más controvertida del acuerdo.

El borrador de acuerdo alcanzado esta semana contempla que si no se encuentra una solución mejor, todo Reino Unido seguirá temporalmente formando parte de la unión aduanera transcurrido el periodo de transición, que termina a finales de 2020.

Los seguidores de la línea dura del Partido Conservador de May temen que la solución, en origen de emergencia, acabe convirtiéndose en una situación permanente y que el país acabe de facto permaneciendo en la unión aduanera europea.

El problema de ello sería que siendo miembro de esa unión, Reino Unido no podría, como quiere, negociar un nuevo acuerdo de libre comercio, por ejemplo con Estados Unidos, una de las principales promesas de los defensores del Brexit en la campaña del referéndum de 2016, en la que los ciudadanos optaron, en una decisión muy ajustada, por la salida del bloque.

Los seguidores de la línea dura afirman además que la pertenencia de Reino Unido a la UE le impedirá recuperar su antigua grandeza como potencia comercial mundial.

También el partido protestante norirlandés DUP, que apoya al actual Gobierno en minoría de May, está contra el «backstop», porque teme que Irlanda del Norte acabe a largo plazo más vinculado a Irlanda que a Reino Unido.

No está por ello claro cómo quiere May conseguir el apoyo de la mayoría del Parlamento, que debe aprobar el texto en diciembre.

Y las opciones de que la UE acceda a hacer cambios sustanciales en el acuerdo ya alcanzado se consideran escasas. Los negociadores trataron el tema durante meses en Bruselas.

Tras la renuncia de Raab, Stephen Barclay fue nombrado el viernes nuevo ministro del Brexit, que tendrá que ocuparse ahora no tanto de las negociaciones con Bruselas sino de los preparativos dentro del propio Reino Unido. Por su parte, Amber Rudd, aliada de May, volverá al gabinete a ocupar el puesto de ministra de Trabajo que dejó libre McVey.

Además de la reunión interna en su Gobierno, May teme un golpe por parte de su grupo parlamentario y desde hace día se especula con una inminente moción de censura.

Pese a todo, May defendió el acuerdo del Brexit enérgicamente y recibió el apoyo inesperado de dos grandes diarios sensacionalistas conservadores hasta ahora considerados portavoces de los seguidores de línea dura: el «Daily Express» y el «Daily Mail». En una gran entrevista con el último, May mostró hoy su cara más humana, contando cómo su marido Philip la animó con un whisky irlandés y una tostada después de acabar agotada tras un largo debate parlamentario de horas.

May está convencida de que ha logrado el máximo posible en su acuerdo. «El fin de enormes trasferencias de dinero a la Unión Europea, el fin de la jurisdicción del Tribunal Europeo, de la política agraria, de la política pesquera, de la unión aduanera, del mercado común y ser un país comercial y costero más independiente», señaló.

Reino Unido abandonará la UE el 29 de marzo de 2019. Si el Parlamento británico no aprueba el acuerdo negociado, se corre el riesgo de un Brexit no regulado que siembre el caos en numerosos sectores y con consecuencias imprevisibles, especialmente en la economía.

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