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Mar del Plata/Argentina/dpa

El presidente argentino, Mauricio Macri, dijo conocer «la angustia» que viven sus compatriotas debido a la crisis económica que padece el país.

«Sé de la angustia con que están viviendo estos meses todos los argentinos. La angustia de todos es mi angustia. Es una carga muy grande», expresó Macri al cerrar el 54 Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), el foro que convoca todos los años a los principales dirigentes políticos y empresarios en la ciudad de Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

El mandatario argentino admitió que los últimos «han sido meses muy duros» para su Gobierno y los argentinos, pero confió en lograr la recuperación económica del país sudamericano.

Macri puso fin hoy con su participación a dos días de deliberaciones de políticos, empresarios, economistas e intelectuales citados por IDEA en Mar del Plata.

La presentación del jefe de Estado ocurrió dos días después de conocerse que la inflación en Argentina escaló un 6.5 por ciento en septiembre y acumuló una subida del 32.4 por ciento desde comienzos de año, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

La fuerte subida de los precios es producto del impacto de la marcada devaluación del peso en los precios al consumidor.

El alza de precios de septiembre resultó la más alta desde abril de 2016, cuando las consultoras privadas estimaron que había subido un 6.7 por ciento en momentos en que el INDEC se encontraba en proceso de reestructuración luego de su intervención política durante los gobiernos kirchneristas.

El centroderechista Macri había previsto originalmente una inflación anual de 15 por ciento para todo este año, pero la pauta fue ampliamente superada en pocos meses.

«La inflación está desacelerándose», aseguró ayer el ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, que se presentó en el Coloquio de IDEA antes de Macri.

El funcionario, además, confió en que «en los próximos meses (habrá) una recuperación en los salarios reales» de los trabajadores, que hasta fines de septiembre habían sufrido una pérdida de alrededor de 10 por ciento frente a la inflación.

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