
Londres
Agencia/dpa
El ministro de Finanzas británico, Philip Hammond, reconoció hoy ante el Parlamento que como consecuencia del voto a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) se ralentizará el crecimiento económico al tiempo que subirán los precios y se incrementarán las deudas.
Debido a las incertidumbres ocasionadas por el «Brexit», la previsión de crecimiento para 2017 tiene que reducirse de un 2.2 a un 1.4 por ciento, «lo que efectivamente es menos de lo que hubiéramos deseado», afirmó Hammond al presentar los nuevos presupuestos generales del Estado.
Según los cálculos actuales, el endeudamiento del Estado británico aumentarán de un 84 por ciento del producto interior bruto (PIB) en el ejercicio fiscal 2015/16 a casi un 90 por ciento del PIB en el ejercicio 2018/19.
Por esta razón, el titular de Finanzas también abandonó el objetivo marcado por su antecesor, antes de que se celebrara el referéndum sobre el «Brexit» el pasado 23 de junio, de lograr un superávit presupuestario hacia finales de la presente década.
Por otra parte, Hammond ratificó que el Gobierno británico mantendrá el plan de reducir el impuesto de sociedades de un 20 a un 17 por ciento en 2020. El lunes, la primera ministra Theresa May había admitido que su Gobierno podría anunciar una rebaja aún mayor del impuesto para impulsar la competitividad de la economía británica.