LONDRES
DPA
Durante semanas, los británicos recibieron advertencias sobre que una votación a favor de abandonar la Unión Europea traería problemas económicos. Ahora van a comprobarlo.
Los responsables económicos de Gran Bretaña se esforzaban por tranquilizar a hogares, empresas e inversionistas de que pueden contener las penurias que habían pronosticado en caso de una salida británica, o Brexit (un juego de palabras en inglés entre las palabras para «salida» y «británica»).
La libra se hundió ayer a su nivel más bajo en más de 30 años, planteando el temor a la inflación de precios, y las acciones en los principales bancos y promotores de bienes raíces de Gran Bretaña registraron pérdidas de dos dígitos, mientras los economistas predecían que el país caerá en una recesión.
Holly Miller, de 32 años, dijo que el resultado del referendo afectará profundamente al aspecto económico de su vida.
«Estoy bastante conmocionada por todo», dijo. «Acabo de solicitar una hipoteca, así que eso nos preocupa».
En un indicio temprano de problemas, el Servicio de Inversionistas de Moody’s rebajó la previsión económica británica de «estable» a «negativa». El referendo, indicó la agencia, «abrirá un largo periodo de incertidumbre para Gran Bretaña, con implicaciones negativas para la previsión de crecimiento del país a medio plazo».
Sólo las tranquilizadoras garantías del gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, lograron calmar la masacre en los mercados el viernes, ya que prometió estabilizar los mercados si era necesario. Pero más allá de los sobresaltos a corto plazo, la preocupación es qué supondrá la votación para la economía nacional y sus 64 millones de personas.
Antes del plebiscito, con la campaña a plena potencia, el Tesoro británico había estimado que salir de la UE costaría al país el equivalente a 4.300 libras (5.900 dólares) por hogar. Hacienda enfrentaría un déficit de 30.000 millones de libras que se habrían cubierto con aumentos de los impuestos sobre ingresos y herencias. Los precios de la vivienda, indicó el Tesoro, podrían ser hasta un 18% más bajos en 2018 de lo que habrían sido si el país no hubiera dejado la UE.
Los defensores de abandonar la UE rechazaron estos datos como un intento de asustar a la población. Con el resultado confirmado, el bando defensor de la permanencia intentó dejar las advertencias y centrarse en el control de daños: intentar mantener la confianza en la comunidad empresarial y en los hogares.
La Corporación Ciudad de Londres, que representa a la industria de servicios financieros, un gran proveedor de dinero y empleos para el país, intentó restar importancia al impacto de la votación en la City, el distrito londinense que es el corazón del núcleo financiero.
«La City de Londres ha florecido como centro financiero y comercial durante más de mil año y seguirá haciéndolo», indicó en un comunicado Mark Boleat, presidente de política en la Corporación. «No habrá salida masiva de bancos e instituciones financieras… Aunque habrá incertidumbre mientras prosiguen las negociaciones del Brexit, seguimos siendo el centro financiero de la quinta economía más grande del mundo».
Algunas empresas, en particular bancos, han dicho que podrían trasladar empleos fuera de Londres si Gran Bretaña abandona la UE. Es probable que eso suponga recortar empleos. La cantidad aún está por ver.
Los economistas redujeron sus previsiones para Gran Bretaña y algunos estimaron una recesión y prácticamente ningún crecimiento el año que viene. Eso supone un gran revés para una economía que estaba entre las de mejores resultados del mundo desarrollado en los últimos años.