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Por ELAINE KURTENBACH
AKIU, Japón
Agencia/AP

El Grupo de las Siete principales economías del mundo acordó hoy tomar medidas más agresivas contra el financiamiento del terrorismo y el extremismo violento, que son una amenaza para la estabilidad global.

Los responsables de finanzas del G-7 presentaron un «plan de acción» tras reuniones en el norte de Japón en las que pidieron un aumento del intercambio de información de inteligencia financiera, reducir el nivel de las transacciones transfronterizas sujetas a controles y colaborar en sanciones dirigidas contra las redes financieras de los terroristas.

La noticia siguió a dos días de conversaciones antes de la cumbre del G-7 que se celebra la semana que viene en la región central japonesa de Ise.

Las autoridades pasaron ayer debatiendo formas de utilizar la política monetaria, el gasto del gobierno y las reformas a largo plazo para ayudar a fomentar el crecimiento.

Tras aceptar sólo una coordinación tácita de sus diferentes estrategias para impulsar el crecimiento, la reunión de Finanzas del G-7 se centró el sábado en el financiamiento de grupos terroristas, evasión fiscal y apoyo a la lucha contra pandemias.

Aso admitió tener diferencias con Estados Unidos en temas como los tipos de cambio, pero insistió en que no había una fricción abierta.

«Ellos tienen su propia posición. Tienen unas elecciones en camino, y nosotros también tenemos unas elecciones en camino», dijo a la prensa. «Tenemos que decirnos lo que pensamos porque son negocios. Es normal intercambiar opiniones y asegurarse de que las cosas no se agrían porque los temas se vuelvan demasiado emocionales».

Las negociaciones también tocaron riesgos no financieros para el crecimiento, como la crisis de refugiados, el terrorismo y un inminente referendo en Gran Bretaña sobre una salida de la Unión Europea. Se cree que esta separación causaría grandes alteraciones en los mercados financieros europeos y globales.

El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, asistió a las conversaciones. La entidad lanzó el sábado un mecanismo de financiamiento que crea un mercado de seguros para el riesgo de pandemias. Japón proporcionará 50 millones de dólares para financiar la iniciativa de 500 millones de dólares, señaló el Banco Mundial.

Las cuestiones de la evasión fiscal y la transparencia financiera también estuvieron sobre la mesa, tras la difusión de los llamados «Papeles de Panamá», que revelaron detalles sobre empresas establecidas en países con ventajas fiscales por empresas y personas adineradas a través del bufete panameño Mosack Fonseca.

A menudo las empresas registradas en paraísos fiscales pueden utilizarse con fines legítimos, pero también pueden facilitar la evasión fiscal y el lavado de dinero.

«Todos nosotros pudimos de verdad tener una conversación franca y reafirmar el importante papel del G-7»
Taro Aso, ministro japonés de Finanzas.

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