WOLFSBURGO
Agencia AP
Volkswagen cree que sólo un número relativamente pequeño de empleados estaban implicados de forma activa en la manipulación de pruebas de emisiones, aunque el presidente de la automotriz dijo hoy que la empresa sigue investigando y señaló que las pesquisas no excluirán a altos cargos.
«Buscamos sin descanso a los responsables de lo que ocurrió y pueden estar tranquilos de que exigiremos responsabilidades a estas personas», dijo Hans Dieter Poetsch en una rueda de prensa que informó sobre los esfuerzos de la compañía por llegar al fondo del escándalo.
El directivo confirmó que la empresa suspendió a nueve ejecutivos por su posible implicación en el escándalo, desatado al saberse que la empresa manipulaba las pruebas de emisiones para sus motores diésel en Estados Unidos con la ayuda de un software instalado en los motores.
Poetsch expresó que no podía decir si se suspendería a más empleados, pero señaló que las pesquisas de la firma serían amplias. «Esto no consiste sólo en responsabilidad directa, sino general», dijo.
Por ahora, la investigación ha analizado datos de laptops, celulares y otros dispositivos de 400 empleados. Más de 2 mil fueron informados por escrito de que no pueden borrar ningún dato por si resulta relevante para la investigación, señaló el directivo.
Auditores externos han revisado 102 terabytes de datos, equivalente a 50 millones de libros, señaló.
«No digo que todas esas personas estén bajo sospecha, lo que significa es que en las computadoras, tarjetas SIM o memorias USB podría haber información que podría ser importante».
Seguimos creyendo que sólo un número comparativamente pequeño de empleados participaba de forma activa en las manipulaciones», indicó.
Para evitar una repetición del escándalo, Volkswagen introducirá pruebas de carretera de todos sus vehículos con verificación externa, ya que las pruebas de laboratorio —que ahora son la norma en Estados Unidos y Europa— han demostrado ser demasiado fáciles de eludir.
