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BRASILIA
Agencia DPA

Las nuevas medidas tendrán el efecto de aumentar en 25.000 millones de reales (unos 11.000 millones de dólares) el monto disponible para préstamos de los bancos a sus clientes, que el mes pasado ya había sido ampliado en 45.000 millones de reales (unos 20.000 millones de dólares).

Según la autoridad monetaria, estos instrumentos contribuirán a ampliar el acceso de pequeñas empresas al crédito bancario y a fortalecer el comercio exterior.

En los últimos meses, el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, criticó la disminución del ritmo de aumento de la oferta de crédito para el consumo, a la que responsabilizó -conjuntamente con la crisis financiera internacional- del estancamiento de la economía del país que, a su juicio, camina «con dos piernas cojas».

Según el Banco Central, la oferta de crédito bancario aumentará solamente un 12 por ciento este año frente a 2013, lo que confirma la tendencia de restricción detectada desde 2010, cuando la expansión de la oferta de recursos del mercado financiero se incrementó en un 20,6 por ciento frente al año anterior.

En julio pasado, el gobierno de Dilma Rousseff admitió que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil aumentará este año solamente el 1,8 por ciento frente a 2013, cuando la expansión llegó al 2,5 por ciento.

Pero analistas de 100 instituciones financieras consultados regularmente por el Banco Central son más pesimistas, y el lunes último bajaron su pronóstico de crecimiento económico al 0,97 por ciento, frente al 1,05 por ciento esperado la semana anterior.

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