Roma,
Agencia dpa
Los analistas habían pronosticado un crecimiento del PIB italiano de un 0.1 por ciento en el segundo trimestre. Italia, la tercera economía europea, había salido de la recesión a finales del año pasado.
Con respecto al mismo período de 2013, la economía italiana se contrajo en el segundo trimestre de este año un 0.3 por ciento, debido, entre otros factores, a la reciente fortaleza del euro, la baja competitividad internacional del país y las tensiones en Cercano Oriente y Ucrania.
Desde que asumió la jefatura del gobierno el pasado febrero, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha puesto en marcha una serie de reformas encaminadas a impulsar el crecimiento económico y reducir el desempleo, que actualmente se sitúa por encima del 12 por ciento.
Sin embargo, con la economía nuevamente en recesión, Renzi no lo tendrá fácil para reducir los elevados niveles de deuda pública y déficit presupuestario en Italia, ni para alcanzar la meta de un crecimiento económico del 0.8 por ciento en 2014.
La economista Daniele Antonucci, del banco estadounidense Morgan Stanley, augura para la economía italiana, en el mejor de los casos, un crecimiento cero en 2014 y una expansión anual de solo un 1,0 por ciento en 2015.
El economista Marco Wagner, del Commerzbank, atribuye la continuada debilidad de la economía italiana a «los enormes problemas estructurales que afronta el país, tales como la rigidez de su mercado laboral, el rápido aumento de los salarios, los elevados impuestos para el sector empresarial y una gestión ineficiente».