Por Ana Lucía González
agonzalez@lahora.com.gt
Las Cuevas de Candelaria, entre Chisec y Raxruhá, en Alta Verapaz son un complejo cavernario de más de 20 kilómetros por debajo de la tierra. Un lugar ideal para quienes gustan emociones intensas.
Para los antiguos mayas, las Cuevas de Candelaria eran la entrada misma a Xibalbá, el inframundo o la morada de los muertos. Fue allí donde los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué descendieron para enfrentar y vencer a los dioses para luego convertirse en el sol y la luna, según el Popol Vuh.
Para quienes gustan del turismo extremo, adentrarse por este complejo cavernario, como Rony Chalí, conocido como El Aventurero, es una sensación incomparable. “Estar en medio de la oscuridad y el agua es único, da cierto temor y soledad, pero vale la pena, es increíble”, relata.
Con chaleco salvavidas, casco, linterna y zapatos de agua, Chalí se internó a lo largo de tres kilómetros en las profundidades del río Candelaria sentado en una llanta de tubing. Este es un sistema donde el río tiene tramos a flor de tierra, para de nuevo internarse en las entrañas de la tierra. El cauce subterráneo atraviesa varios tramos navegables en su interior. El complejo cavernario tiene un recorrido de 20 kilómetros ininterrumpidos o hasta 80 kilómetros si se añaden los distintos ramales.
A medida que avanzaba, Chalí pudo observar la inmensidad de estalactitas y estalagmitas que se han formado durante miles de años y las filtraciones de agua que han ocurrido a través del suelo kárstico que caracteriza estas cuevas. Algunas de estas presentan formas y colores sorprendentes, así como durante el recorrido hay ventanas naturales de sol que ofrecen una vista espectacular.
“El viaje es corto, en comparación con la dimensión del río, donde abundan los murciélagos y en algunos puntos el agua es profunda”, detalla Chalí. Ello explica por qué este sistema de cuevas y ríos subterráneos es considerado uno de los más largos de América Latina, según el sitio Guatevalley.com
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PATRIMONIO CULTURAL
En el interior de las cuevas, llamadas Mucbilhá por los q’eqchi’s, aún se encuentran vestigios cerámicos que evidencian su importancia, que datan del periodo preclásico y clásico maya. Exploradores como José Mata citan que este complejo fue redescubierto en 1968 por dos jóvenes franceses, Daniel Dreux y J. Perraud, topógrafos y espeleólogos, junto con un nativo de Chisec. Esta fue la primera exploración científica de este complejo.
Las cuevas del río Candelaria fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación, según el acuerdo ministerial 188-99, que conforman el Parque Nacional Cuevas de Candelaria.
CÓMO LLEGAR
El punto de partida de este recorrido comienza en la ciudad de Cobán, Alta Verapaz, que se ubica en el kilómetro 215 en la carretera CA-9, a unas tres o cuatro horas en vehículo. El siguiente tramo es tomar la carretera que conduce de Chisec hacia Raxruhá. A la altura del kilómetro 308 se encuentra el parque administrado por los comunitarios. El acceso a las cuevas requiere una caminata de aproximadamente una hora.
El lugar es administrado por la Asociación Maya Q’eqchi’ de Desarrollo y Turismo de Candelaria-Camposanto. El ingreso, según Chalí, es de Q50 que incluye el tubo de llanta, linterna, chaleco y casco. Se ofrece comida para los visitantes. De acuerdo con Guatevalley, el tour tiene tres opciones: recorrido en tubing, rapel y por las cuevas secas. El costo promedio por persona es de Q75 a Q100.
Recomendaciones
Generales:
• Use ropa cómoda, zapatos cómodos para caminar, traje de baño, zapatos de agua, linterna, toalla, crema bloqueadora de sol, gorra, lentes de sol.
Para el tubing y recorrido en las cuevas:
• Lleve zapatos de agua, se sugiere una buena condición física y use equipo de protección personal.
• No se recomienda ingresar sin equipo profesional y guías con experiencia.
Con información de:
Rony Chalí
Guatevalley.com | tel. 4123-5167
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