Gran parte de América Latina y el Caribe está encaminada a una recuperación económica tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, pero las secuelas a largo plazo persisten y los países deberán implementar reformas de fondo si no quieren volver a retroceder, dijo el jueves el Banco Mundial.
«Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre que podría impactar la recuperación post-pandemia», expresó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe. «A largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad», dijo.
Tras una fuerte alza de 6,9% en el Producto Interno Bruto en 2021, se espera que este año la región crezca 2,3% y 2,2% en 2023, revirtiendo así las pérdidas de la pandemia, las más profundas en más de 100 años, de acuerdo con las previsiones del organismo multilateral con sede en Washington.
Las proyecciones, que son modestas y unas de las más bajas a nivel mundial, tienen lugar en momentos en que la economía de Latinoamérica enfrenta incertidumbres que van desde la aparición de nuevas variantes del coronavirus hasta la presión inflacionaria y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Se espera que #Latinoamérica crezca un 2,3% este año, tras el avance de 6,9% en 2021. Pero la perspectiva de crecimiento para 2023 continua siendo modesta, un 2,2%. Sigue el evento #ConsolidarlaRecuperación https://t.co/rMoFqxGe14
— Banco Mundial | América Latina y el Caribe (@BancoMundialLAC) April 7, 2022
Por el conflicto bélico el BM bajó la previsión de crecimiento un 0,4%. Las previsiones económicas fueron reveladas en la presentación virtual de un nuevo informe del banco titulado «Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde», que dedica todo un capítulo a los desafíos y oportunidades de la economía verde.
El reporte destaca que la recuperación ha sido posible porque gran parte de los países de la región han podido acceder a vacunas contra el COVID-19, lo que ha permitido a las empresas volver a contratar empleados al tiempo que se reabrieron las escuelas.
«De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención», señaló el informe y aclaró que «para evitar el regreso a las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010» los países deben implementar «una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde».
Entre las secuelas a largo plazo el BM mencionó la pobreza regional, que subió a un 27,5% en 2021 y sigue por encima del nivel anterior a la pandemia, y la pérdida de aprendizaje durante la pandemia que podría resultar en una reducción del 10% de los ingresos futuros de los jóvenes en edad escolar.
Las reformas necesarias a las que se refiere el banco incluyen aquellas que fomenten un crecimiento de infraestructura, educación e innovación. Las inversiones más importantes, indicó el reporte, deben financiarse a través de gastos más eficientes y mayores ingresos fiscales. Pero también deben responder al contexto internacional, incluyendo el cambio climático.
Latinoamérica y el Caribe perdieron en las últimas dos décadas el equivalente a 1,7% de su PIB anual debido a desastres relacionados con el clima y unas 5,8 millones de personas podrían entrar en la pobreza extrema hacia 2030.
Para este año, el BM proyecta que los países latinoamericanos con más crecimiento del PIB serán Panamá, con 6,5%, y República Dominicana, con 5%. Por detrás les siguen Colombia, con 4,4%; Ecuador, con 4,3%, y Argentina, con 3,6%. México tendrá un alza del PIB de 2,1%, y Brasil de apenas 0,7%. En el Caribe, la economía de Guyana avanzará un 47,9% este año y la de Barbados un 11,2%.