Los habitantes de Rusia enfrentan la amenaza de una fuerte inflación y la posibilidad de no poder viajar al exterior, luego que Occidente impuso severas sanciones económicas como respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
El rublo caía en picada el lunes y muchos rusos salieron corriendo a los cajeros automáticos para retirar fondos.
La divisa rusa perdía el 30% de su valor frente al dólar estadounidense, luego que Occidente anunció medidas para aislar a ciertos bancos rusos del sistema financiero internacional SWIFT, y para restringir la capacidad de Rusia de usar sus reservas en divisa extranjera. La tasa de cambio se recuperó un poco tras una veloz intervención del Banco Central de Rusia.
Pero luego, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció nuevas sanciones que inmovilizarían cualquier activo que tenga el Banco Central de Rusia en Estados Unidos o en manos de estadounidenses. Washington estima que ello afectará a cientos de millones de dólares en fondos rusos.
La solidaridad con Ucrania ha llegado al fútbol, donde la afición y el club @slbenfica_en mostró su apoyo a su jugador ucraniano Yaremchuk. https://t.co/n0XBz4Oyk7
— Diario La Hora (@lahoragt) February 28, 2022
Funcionarios estadounidenses dijeron que Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, la Unión Europea y otros se sumarán a la medida.
En Rusia, se formaban largas colas en los bancos y los cajeros automáticos, en medio de reportes en las redes sociales de que los cajeros se están quedando sin billetes.
El departamento de transporte público de Moscú advirtió a los usuarios que posiblemente no podrán pagar con Apple Pay, Google Pay o Samsung Pay debido a que las sanciones afectan al VTB, el banco ruso que maneja los sistemas de pagos para los trenes subterráneos, autobuses y tranvías de Moscú.
Una fuerte devaluación del rublo causaría una pronunciada caía en el estándar de vida de los rusos comunes, coinciden analistas y economistas. Rusia depende en gran medida de las importaciones, y los precios de los productos importados probablemente se dispararán. Viajar al extranjero podría convertirse en prohibitivo ya que los rusos podrán comprar menos cosas con sus rublos. Y la situación económica podría empeorar en las próximas semanas a medida que los súbitos aumentos de precios y las interrupciones de las cadenas de distribución obligan a cerrar las fábricas.
«Esto va a repercutir en la economía velozmente», vaticinó David Feldman, profesor de economía de la Universidad William & Mary en Virginia.
«Todo lo importado va a sufrir un pronunciado aumento de precio debido al aumento de la tasa de cambio. La única manera de evitarlo sería mediante subsidios masivos», añadió.
El gobierno ruso tendría que intervenir para apuntalar a industrias, bancos y otros sectores de la economía, pero al no tener acceso a divisas duras como el euro o el dólar, podría verse obligado a imprimir más rublos. Eso, a su vez, podría provocar una hiperinflación.
La caída del rublo hizo recordar crisis anteriores. La divisa perdió gran parte de su valor en la década de 1990 al desintegrarse la Unión Soviética y la inflación llegó a tal punto que el gobierno se vio obligado a quitarle tres ceros a los billetes en 1997. Hubo otro colapso en 1998 a raíz de una crisis financiera en que muchas personas perdieron sus ahorros, y otra caída en el 2014 debido a la caída de los precios del petróleo y las sanciones impuestas contra Rusia por su invasión de la península ucraniana de Crimea.