Las secuelas de la pandemia de coronavirus llevarán años en desaparecer en Latinoamérica y el Caribe, y la región perderá otra década si no implementa de manera urgente reformas que impulsen el crecimiento y reduzcan las tensiones sociales, advirtió el Banco Mundial.
El reporte económico «Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias» fue difundido en momentos en que la región continúa siendo el epicentro mundial de la pandemia, en medio de persistentes críticas de los gobiernos y de la Organización Panamericana de la Salud por la falta de acceso equitativo a las vacunas.
Sólo el 37 de la población está completamente vacunada en Latinoamérica y el Caribe.
Alentado por la aceleración de la vacunación contra el COVID-19 y la disminución de las muertes, el crecimiento económico regional podría ser del 6.3% en 2021, insuficiente para revertir completamente la contracción del 6.7% del 2020, dijo el BM.
Teniendo en cuenta la vigorosa recuperación de los principales socios económicos de la región, las bajas tasas pasivas de interés mundial y las buenas perspectivas para los productos primarios, era de esperar que las tasas de crecimiento fueron un 1,5% más altas, explicó la institución financiera con sede en Washington.
Las previsiones de crecimiento caen por debajo del 3% para 2022 y 2023, del 2.8% y 2.6% respectivamente, y no alcanzarían para reactivar la economía y reducir la pobreza, según el banco.
Aunque no del todo positivas, las previsiones del BM son mejores que las de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), que recientemente actualizó sus proyecciones de crecimiento regional de este año a 5.9%, con una desaceleración al 2.9% en 2022.
En su informe, el BM asegura que «la crisis de COVID-19 se sumó a otra ‘década perdida’ de bajo crecimiento, lo que sugiere problemas estructurales más profundos».
Economistas coinciden en que los problemas estructurales, que se profundizaron aún más con la pandemia, han limitado por décadas el crecimiento económico de la región.
Antes del COVID-19 Latinoamérica venía ya con una trayectoria hacia el estancamiento: entre 2014 y 2019 creció a una tasa promedio del 0.3%, menor al promedio del 0,9% registrado en los años de la Primera Guerra Mundial, y al del 1.3% de la Gran Depresión, de acuerdo con CEPAL.
En 2019 el crecimiento fue de sólo un 0.8% y cayó a un 6.7% en 2020, según el BM.
El banco asegura que la región debe implementar «de manera urgente reformas muy postergadas aunque viables» en los sectores de la infraestructura, salud, educación, política energética e innovación, y además encarar los desafíos del cambio climático.
Esa recuperación, sin embargo, enfrenta obstáculos, entre ellos un posible resurgimiento del virus, la persistencia de presiones inflacionarias, el elevado nivel de endeudamiento empresario y el creciente déficit y endeudamiento público.
Por eso, dijo Maloney, es necesario replantear las prioridades del gasto público, hacerlo también más eficiente y potenciar los ingresos.
A nivel país, el BM prevé que la economía de Perú —una de las más castigadas en 2020 con una contracción del 11,1%— será la que más crezca en 2021 en Latinoamérica, un 11,3%, aunque podría contraerse nuevamente a una tasa del 3,2% en 2022. Chile, cuyo PBI retrocedió un 5,8% en 2020, podría crecer un 10,6% en 2021 y un 2,4% en 2022; y Panamá, cuya actividad se contrajo un 17,9% en 2020, crecería un 9,9% en 2021 y un 7,5% en 2022.
Tras un retroceso económico del 8,3% en 2020, la actividad económica de México se aceleraría a un 5,7% en 2021 y volvería a achicarse al 3% en 2022. Brasil, cuya economía se achicó un 4,1% en 2020, reactivaría su actividad a un 5,3% este año, aunque el BM prevé que volvería a contraerse a un 1,7% en 2022.
De toda Latinoamérica, la economía que menos crecería este año sería la de Ecuador, un 3%, de acuerdo con las previsiones del BM. Guyana, en tanto, es el país que tendría más crecimiento en toda la región este año, un 21,2%, pero sería poco menos de la mitad del 43,5 que tuvo en 2020.
En el Caribe, donde el turismo es el motor de las actividades, hay países cuyas economías aún seguirán en negativo, como la de San Vicente y Las Granadinas, con una contracción del 6,1% previsto para 2021.