Los compradores de todo el mundo afrontaban una posible escasez de smartphones y otros productos antes de la Navidad, después de que los cortes de luz para cumplir los objetivos de consumo energético fijados por el gobierno chino cerraran fábricas y dejaran algunos hogares a oscuras.
En la ciudad nororiental de Liaoyang, 23 personas fueron hospitalizadas por una intoxicación después de que la ventilación en una fundición de metales dejara de funcionar tras un apagón, según la televisora estatal CCTV. No se reportaron muertes.
Un proveedor de componentes de los iPhone de Apple Inc. dijo haber suspendido su producción en una fábrica al oeste de Shanghái por orden de las autoridades locales.
Las interrupciones en la enorme industria manufacturera China en una de sus temporadas de mayor actividad refleja las dificultades del Partido Comunista, que gobierna el país, por equilibrar el crecimiento económico y los esfuerzos para limitar la polución y las emisiones de gases de efecto invernadero.
«La decisión sin precedentes de Beijing de hacer cumplir los límites de consumo energético podría suponer beneficios en el largo plazo, pero los costes económicos en el corto plazo son significativos», dijeron en un reporte el lunes los economistas de Nomura Ting Lu, Lisheng Wang y Jing Wang.
Los analistas redujeron su previsión de crecimiento económico de China a un 4.7%, respecto al 5.1%, en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Redujeron su previsión de crecimiento anual al 7.7%, desde el 8.2% anterior.
Los mercados financieros globales ya estaban en vilo por la posible quiebra de una de las mayores constructoras de China, Evergrande Group, que trataba de evitar una suspensión de pagos en sus deudas de miles de millones de dólares.
Los fabricantes ya enfrentaban desabastecimiento de procesadores, interrupciones en el tráfico de mercancías y otros efectos derivados de la suspensión global de desplazamientos y comercio para combatir la pandemia del coronavirus.
Residentes en el nordeste de China, donde la temperatura empezaba a bajar, reportaron cortes de luz y pidieron al gobierno en medios sociales que restaurase el suministro.
La crisis se producía mientras los líderes mundiales se preparaban para asistir por videoconferencia a una cumbre medioambiental de Naciones Unidas el 12 y 13 de octubre en la ciudad suroccidental de Kunming. Eso aumentaba la presión sobre el gobierno que dirige el presidente de China, Xi Jinping, de atenerse a sus objetivos de emisiones y eficiencia energética.