Los precios al consumidor en Estados Unidos aumentaron en julio, pero a la tasa más baja desde febrero, señal de que los estadounidenses podrían tener algún alivio luego de cuatro meses de fuertes aumentos que significaron penurias financieras para muchos hogares.
Según el informe emitido por el Departamento de Trabajo el miércoles, los precios al consumidor aumentaron 0,5% de junio a julio, comparado con el aumento mensual anterior de 0,9%. Sin embargo, han subido 5,4% anual.
Excluyendo los precios volátiles de combustibles y alimentos, la inflación subyacente aumentó 4,3% en el año, comparada con 4,3% en junio, la tasa más alta desde 1991.
Los estadounidenses siguen enfrentando aumentos de costos, con una tasa de inflación anual en junio que representa el aumento anual más alto desde 2008. Al mismo tiempo, algunos impulsores de la inflación disminuyeron el mes pasado. El precio de los autos usados, que había registrado fuertes aumentos, subió apenas 0,2% en julio. Las tarifas aéreas bajaron 0,1% el mes pasado.
La inflación creciente ha sido el talón de Aquiles de la recuperación económica, al borrar buena parte de los aumentos salariales. Significa una presión mayor sobre la Reserva Federal que preside Jerome Powell, la que tiene el mandato de estabilizar los precios.