la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris habla con Jayden Bello, izquierda; y Celina Berro, estudiantes de la escuela bilingüe CentroNia en Washington. El gobierno federal comenzó a depositar el crédito fiscal por niños en las cuentas de más de 35 millones de familias. Foto la hora: Manuel Balce Ceneta/AP
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El crédito fiscal familiar ha sido siempre un gesto vano para millones de padres y madres en Estados Unidos como Tamika Daniel.



Eso cambió el jueves cuando el primer pago de 1.000 dólares llegó a la cuenta de Daniel, y los dólares comenzaron a fluir a los bolsillos de más de 35 millones de familias en el país. Daniel, de 35 años y madre de cuatro niños, ni siquiera sabía que el crédito existía hasta que el presidente Joe Biden lo amplió por un año como parte del paquete de ayuda del coronavirus aprobado en marzo.

Previamente, solamente las personas que ganaban suficiente dinero para deben impuestos eran elegibles para el crédito. Daniel se pasó casi una década sin trabajo porque su hijo mayor es autista y le necesitaba. Así que se las tuvo que arreglar con los pagos del Seguro Social. Y tuvo que vivir en Fairfield Courts, un proyecto de viviendas públicas junto a la carretera Interestatal 64 en Richmond, la capital de Virginia.

Pero los 1.000 dólares adicionales al mes por el próximo año pudieran cambiarle la vida a Daniel, que ahora trabaja como organizadora comunitaria para una organización sin fines de lucro en Richmond. El pago ayudará a proveer el depósito para un nuevo apartamento.

«Llega justo a tiempo», dijo. «Definitivamente ayuda a aliviar la carga».

Biden ha dicho que los nuevos pagos mensuales, que promediarán 423 dólares por familia, son cruciales para reducir a la mitad la tasa de pobreza infantil. Pero también lanza una batalla filosófica sobre el papel del gobierno y la responsabilidad de los padres.

Los demócratas los consideran un programa histórico similar al Seguro Social, diciendo que llevará a mejores resultaos en la adultez que ayudarán al crecimiento económico. Pro muchos republicanos dicen que los pagos desalentarán a padres de trabajar y contribuirán a la pobreza a largo plazo.

Unos 15 millones de hogares recibirán ahora el crédito pleno. Los pagos mensuales representan 300 dólares por cada niño de 5 años o menor y 250 dólares por cada niño de entre 6 y 17. Los pagos expiran en un año, pero Biden está presionando para extenderlos hasta al menos el 2025.

El presidente quiere hacer los pagos permanentes — y eso hace de esta primera ronda de pagos una prueba de si el gobierno puede mejorar las vidas de las familias.

Biden hablará en las próximas horas desde la Casa Blanca para marcar el primer día de los pagos e invitó a beneficiarios a sumársele, buscando aumentar la conciencia sobre el programa y promover su continuación.

«El presidente pensó que era importante elevar este asunto, asegurarse de que la gente entiende que es una prestación que les ayudará cuando trabajamos para recuperarnos de la pandemia y la caída económica», dijo el miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.

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