El número de personas que solicitaron el seguro por desempleo en Estados Unidos cayó a su nivel más bajo desde el inicio de la pandemia de coronavirus, evidencia de que la economía y el mercado laboral están recuperándose aceleradamente.
El reporte emitido el jueves por el Departamento de Trabajo muestra que las solicitudes disminuyeron en 26,000 la semana pasada para ubicarse en 360,000. La cifra semanal, reflejo de los despidos, ha disminuido más o menos constantemente desde que alcanzó un pico de 900,000 en enero.
La economía estadounidense se está recuperando tan rápido que muchos expertos pronostican un crecimiento de 7% para este año, algo no visto desde 1984.
La campaña de vacunación ha reducido drásticamente la cantidad de casos nuevos del COVID-19 –el promedio de siete días era 250,000 a comienzos de enero y ahora es de 25,000– aunque en días recientes ha mostrado un leve repunte. A medida que cede la crisis sanitaria, los ciudadanos están saliendo de sus casas para ir de compras, comer en restaurantes, tomarse un trago en un bar, asistir a eventos deportivos o salir de viaje.
A consecuencia de ello, los negocios han enfrentado dificultades para satisfacer el inesperado aumento de la demanda: en mayo se anunciaron 9,2 millones de empleos disponibles, sin poder llenarlos todos. La escasez de mano de obra en algunos sectores está obligando a los negocios a aumentar sueldos y subir precios para compensar por los mayores costos laborales.
La falta de trabajadores disponibles tiene varias causas. Muchos siguen renuentes a trabajar en lugares donde hay mucha gente. Otros, principalmente mujeres, ya no están trabajando porque deben quedarse en casa para cuidar a sus hijos debido al cierre de escuelas o guarderías. Y unos 2.6 millones de personas de edad avanzada aprovecharon el aumento de sus fondos de retiro o del valor de sus viviendas para jubilarse anticipadamente.