Las principales organizaciones agropecuarias argentinas anunciaron un paro de una semana contra el cierre de las exportaciones de carne vacuna dispuesto por el presidente Alberto Fernández para frenar el aumento de su precio en el mercado interno.
La huelga de la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro y Federación Agraria Argentina comenzará el jueves y consistirá en la suspensión de la venta de hacienda, entre otras medidas.
La decisión de cerrar las exportaciones del producto más preciado en la mesa de los argentinos estará vigente por un mes y vuelve a tensar la cuerda entre el gobierno y los productores agropecuarios, que mantienen periódicos altercados sobre las políticas del sector, consideradas demasiado intervencionistas por los empresarios cárnicos.
Fernández defendió la medida al señalar a Radio 10 que el valor de la carne «se desmadró claramente» luego de la apertura comercial durante el gobierno de su antecesor Mauricio Macri (2015-2019) y apuntó a la necesidad de «volver a poner el precio en sintonía con el poder de compra de un argentino».
El presidente tomó la decisión la víspera luego de una reunión con miembros de la industria frigorífica.
«Fue una reunión muy correcta pero no les gusta la solución… les pedí que ayuden a poner en orden el mercado interno para luego volver a abrir», indicó Fernández.
Asimismo destacó la necesidad de «poner orden en quiénes exportan (carne) y poner el orden el Mercado de Liniers», el principal de venta de vacunos en Argentina, porque «no es posible que los exportadores que venden a China vayan ahí» y por ello «prevalece el precio de la exportación y eso sólo tergiversa el precio del mercado interno».
El presidente también afirmó que «la apertura favorece siempre al más poderoso» y «en este caso favorece al que produce».
Entre abril y el mismo mes de 2020 se registraron subas del 65% en el precio de la carne, por encima de la inflación en ese mismo período, que fue de 46,3%.
El alza del costo de vida no da tregua en Argentina; acumula una suba de 17,6% en lo que va de año.
Los productores cuestionaron que la misma medida se aplicó en 2006, cuando gobernaba el presidente Néstor Kirchner (2003-2007), sin que frenara la inflación. Además no se consideraron responsables del alza de los precios y cuestionaron «la caída de los ingresos» de los argentinos.
También señalaron que el cierre de las exportaciones provocará una pérdida de confianza por parte de los mercados de destino, así como de divisas.
Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural Argentina, dijo en una conferencia de prensa que «hay que entender la complementariedad entre lo que producimos para los mercados de exportación y para el de consumo interno…mientras más carne podemos exportar, más carne podemos producir para el mercado interno y esa es la salida para el combate a la inflación, más producción».
Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina, justificó el aumento de los precios en que los costos de los insumos en el sector «están dolarizados y son mucho más elevados que el año pasado… y eso hace que se diluya la rentabilidad».
Acotó que una de las soluciones es «insertar toda la mayor producción que se logre en mercados internacionales y nacionales» con cortes específicos para China y otros mercados exteriores a mayor precio y dejando más asequibles «los cortes que demandan mayoritariamente los argentinos».
Las empresas frigoríficas afirman que el 70% de la carne que Argentina vende en el exterior no es de consumo interno.
Los convocantes al paro dijeron que no aplicarán controles en las rutas para el transporte de animales porque el pedido para la realización de la medida de fuerza fue «unánime en todo el sector».
El cierre de exportaciones se anunció cuando la industria frigorífica acaba de poner en marcha un acuerdo con el gobierno para el abastecimiento de ocho millones de kilos de carne a precio reducido en el marco de la crisis social y económica provocada por la pandemia del nuevo coronavirus.