
La Plaza de la Constitución se convirtió en un mosaico de emociones durante la transmisión del encuentro entre Guatemala y Panamá.

Entre banderas ondeando, gorros azul y blanco, pitos que retumbaban y pelotas que acompañaban la espera, los aficionados vivieron intensamente cada minuto del juego.

Los momentos de ataque de la bicolor fueron acompañados de saltos, gritos y cánticos.

Algunos levantaban las manos con banderas, mientras otros brindaban porras como si desde la plaza quisieran empujar a los jugadores hacia la victoria.

No faltaron quienes se dejaron llevar por los nervios: algunos se mordían las uñas, otros no podían quedarse quietos.


Incluso hubo lágrimas, mezcla de tensión y orgullo, reflejando cuánto significa para los chapines soñar con el Mundial.

Óscar Santis encendió la ilusión chapina al marcar el primer gol del encuentro, poniendo en ventaja a la bicolor y desatando la euforia de los aficionados que celebraron con gritos de ¡Goooooool!.

A pesar de la incertidumbre en el marcador, el ambiente fue una verdadera fiesta.

Niños con pelotas, familias con sombrillas y capas para cubrirse de la lluvia, y grupos de amigos ondeando la bandera nacional recordaron que, gane o pierda, los chapines siempre brindaran su apoyo.
