Por JOSEPH WILSON
BARCELONA
Agencia (AP)
Barcelona se presenta en el clásico pisando fuerte, apuntalado por el resurgimiento de un joven delantero que hasta poco era criticado por su falta de acierto. Lo mismo pasa con el Real Madrid.
Los equipos chocan el sábado en Madrid, en un duelo que podría marcar el rumbo de la lucha por el título de La Liga española.
Barcelona se encuentra apenas un punto detrás del desdibujado líder Atlético de Madrid, que visitará al Real Betis el domingo. El Madrid también está cerca, situado tercero y dos puntos por debajo del Barça.
Las lesiones se habían convertido en la cruz de Ousmane Dembélé en el Barcelona. En el Real Madrid, Vinícius Júnior sacaba de quicio a sus hinchas por incontables ocasiones desperdiciadas ante su falta de pericia.
Pero ambos cuajaron actuaciones consagratorias en la última semana.
Previo a esta temporada, Dembélé era visto como un fiasco. Luego de la venta a regañadientes de Neymar al Paris Saint-Germain en 2017, el Barcelona adquirió al francés mediante el pago de 147 millones de euros (147 millones de dólares al tipo de cambio de aquel entonces).
La cifra entregada al Borussia Dortmund incluía primas y otros conceptos, y representó un récord del club en aquella época.
Ante las críticas de que pagó más de la cuenta por un jugador no consolidado, los directivos azulgranas no se cansaban de elogiar la habilidad del francés para el pase con ambos pies y su regate. Pero las lesiones le costaron a Dembélé un total de 80 partidos en sus primeras tres temporadas en el Camp Nou.
Su suerte cambió desde que Ronald Koeman asumió como técnico el año pasado. Dembélé modificó entonces su preparación física.
«Este año va mejor, he mejorado mucho en Barcelona, con los preparadores físicos, la forma de entrenar, la forma de preparar los partidos, todo ha cambiado», dijo Dembélé el mes pasado.
De no encajar con el juego de pases del Barcelona, Dembélé ahora es alabado por darle otra dimensión al ataque azulgrana al aprovechar los espacios para desbordar y crear peligro con remates desde fuera del área.
El extremo de 23 años apenas se ha perdido cinco partidos esta temporada. Sus 10 goles le tienen como el tercer máximo anotador del equipo, por detrás de Lionel Messi (29) y Antoine Griezmann (14). El más importante de todos fue la definición de volea a los 90 minutos que certificó la victoria 1-0 ante Valladolid, para apretar más la lucha por el título.
Dembélé acompañará a Messi al saltar al césped del estadio Alfredo di Stéfano, donde se las verán contra un Madrid que echará de menos al central Sergio Ramos.
En el otro bando, un juvenil brasileño vestido de blanco tratará de atormentar a la zaga del Barcelona con su vértigo.
Saliéndose del libreto de fichar a figuras establecidas, el Madrid apostó por el precoz Vinícius en 2018, pagando 45 millones de euros (50 millones de dólares entonces) a Flamengo. Apenas tenía 17 años.
Luego de un breve paso con la filial merengue, el extremo debutó con el primer equipo a los 18.
Su ambición por encandilar le valió elogios al principio, pero no tardó en que se hablase más de él por no saber culminar las jugadas. Una y otra vez, desairaba a defensores para finalmente rematar afuera o a las manos del arquero.
Pero las embocó el martes, cuando Vinícius hizo ver mal al zaguero de Liverpool Trent Alexander-Arnold, firmando un doblete en la victoria 3-1 en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Aparte de su seis goles esta temporada, Vinícius genera zozobra en las zagas rivales con sus corridas que abren espacios al delantero Karim Benzema, máximo goleador del Madrid con 24 conquistas.
Vinícius también tiene buenos antecedentes goleadores ante el Barcelona. Remeció las redes en la victoria 2-0 sobre los catalanes en la última vez que visitaron la capital.