Por PAUL NEWBERRY
AUGUSTA, Georgia, EE.UU.
Agencia (AP)
Tiger Woods ha podido pasar más tiempo como el ganador más reciente de la chaqueta verde. Quizás eso sea lo que necesite para reavivar la chispa de su increíble juego y probar una vez más que no está acabado.
Diecinueve meses después de ese mágico domingo en el Augusta National —y un cuarto de siglo luego de que disputó su primer Masters como amateur— Woods se ve como un golfista veterano, cuyos mejores días ya pasaron.
Pero este venerado campo ha sido siempre el lugar en el que más ha brillado, sin importar sus aflicciones personales, lesiones o el paso del tiempo.
¿Podrá el golfista de 44 años atraer esas fuerzas místicas una vez más?
Ciertamente le ayudó la última vez que estuvo ahí. Tras padecer lesiones debilitantes que amenazaron con poner fin a su carrera. Woods logró un regreso electrizante en la última ronda para llevarse su quinto Masters y el 15to campeonato en un Major.
Eso fue en abril en el 2019, casi un año antes de que la pandemia de coronavirus sobreviniera y volteara de cabeza al deporte mundial.
Normalmente un rito de la primavera, el Masters fue aplazado a noviembre y se disputará en un sobrecogedor y prácticamente vacío campo —no se permitirá el acceso de la gente — con las hojas cayendo y no con las azaleas floreciendo.
«No es como que quería mantener la chaqueta tanto tiempo», admitió Woods. «Obviamente hemos estado enfrentando circunstancias sin precedentes. Ha sido increíble tener la chaqueta y tenerla en casa y compartirla con la gente, pero tenerla tanto tiempo no es la forma en la que quería mantenerla. La quería volver a ganar en abril».
Woods tiene un triunfo desde que ganó el Masters, el 82do triunfo en su carrera en la Gira de la PGA para empatar a Sam Snead con la mayor cantidad. Pero es fue hace más de un año.
Su mejor actuación en seis eventos después del parón fue el 37mo puesto en el PGA Championship.
