Por ERIC NÚÑEZ y JEROME PUGMIRE
PARÍS
Agencia (AP)

Diego Schwartzman está enchufadísimo. Federico Coria vive un sueño. Y Nadia Podoroska rompió un maleficio.

En síntesis, el cuarto día del Abierto de Francia fue soberbio para el tenis argentino, cuyo trío de raquetas avanzó a la tercera ronda. En el caso Coria y Podoroska, será una instancia inédita en sus carreras.

Como el número 14 del mundo y el 12do cabeza de serie en este Roland Garros, superar las primeras rondas de un Grand Slam es algo que se ha hecho natural para Schwartzman. También lo hace con contundencia, como lo demostró el miércoles al deshacerse 6-1, 7-5, 6-0 de Lorenzo Giustino, un italiano que en su debut jugó 6 horas y 5 minutos para vencer al local Corentin Moutet, en el segundo partido más largo en la historia del torneo.

Más desigual había sido su primera presentación, cediendo apenas cuatro juegos frente al serbio Miomir Kecmanovic.

Todas son buenas señales para el «Peque», como se le apoda, tras haber alcanzado la final del Abierto de Italia, donde tumbó a Rafael Nadal en semifinales y perdió contra Novak Djokovic en la final. Esos dos son los máximos favoritos en París.

Irradia confianza, un vuelco con respecto a su efímero paso el mes anterior en el Abierto de Estados Unidos, eliminado a las primeras de cambio. Sufrió para recuperar su mejor versión en la vuelta al circuito, que había estado paralizado desde marzo por la pandemia de coronavirus.

Aunque no quiere engolosinarse mirando el cuadro y pensar en las últimas rondas, entiende que ahora mismo es un rival a temer.

«No les va a gustar jugar conmigo en estas condiciones. Viendo los últimos resultados que tuve, me pasaría lo mismo que a mí, enfrentándome a alguien que viene jugando bien», dijo Schwartzman, quien alcanzó los cuartos de final aquí en 2018. «No van a quererlo ni van a disfrutar el partido. Pero una vez se entra en la cancha, todo eso se olvida».

Su siguiente rival será el eslovaco de Norbert Gombos, 106 del ranking.

Schwartzman disfrutó a tope las victorias de Coria — su actual compañero de dobles — y Podoroska.
En su primera actuación en el Slam en tierra batida, Coria eliminó 7-6 (3), 4-6, 6-3, 6-1 al francés Benoit Paire (23er preclasificado).

El hermano menor de Guillermo —subcampeón de la edición de Roland Garros de 2004_, quedó extasiado por un magnífico momento que se tardó en llegarle. Tiene 28 años, la misma edad de Schwartzman, pero no fue hasta el reciente US Open cuando pudo debutar en un grande y acaba de abrirse paso en el Top 100 por primera vez.

«Si entra en confianza, seguirá creciendo… son todas cosas nuevas para él» comentó Schwartzman. «Pero realmente me pone contento tenerlo alrededor en los mismos torneos».

«Al principio no fue fácil para él, por su hermano, todas las comparaciones», añadió Schwartzman.
¿Cuán difícil fue a jugar a la sombra del «Mago» Coria que llegó a ser el tercero del ranking? Federico confesó que en algún momento quiso sacarse el apellido.

Schwartzman también se entusiasmó con el desempeño de Podoroska, de 23 años.
«Espectacular», resumió luego que su compatriota sorprendiese 6-3, 1-6, 6-2 a a la kazaja Yulia Putintseva (23ra cabeza de serie).

Podoroska superó la fase clasificatoria, se apuntó su primer triunfo en el cuadro principal de un Slam y ahora se convirtió en la primera argentina que alcanza la tercera ronda de una major desde Paula Ormaechea en el Roland Garros de 2014. También obtuvo su primera victoria contra una jugadora del Top 50.

Esta vivencia en París es apenas el segundo Grand Slam para Podoroska, luego de competir en 2016 en el US Open. El freno de su progresión, sostiene, obedeció a lesiones y la falta de confianza.

Artículo anteriorPartido Steelers-Titans se pospone a lunes o martes
Artículo siguienteSin problema, Lakers se llevan el 1er partido de la final