LONDRES
AP
Pep Guardiola no lo olvida. En 2018, cuando su Manchester City tenía una ventaja de 19 puntos en la liga, el dirigente de la Liga Premier Richard Scudamore expresó su deseo de que “alguien se acercara al desempeño de ese equipo” si bien lo elogió por su campaña de excelencia.
Scudamore no está ya al frente de la liga, pero Guardiola se pregunta si la cúpula está contenta en la temporada actual. Es ahora el Liverpool el que se ha escapado en solitario hacia la conquista del cetro.
El Tottenham de José Mourinho derrotó ayer 2-0 al Manchester City de Guardiola, y revivió en sus aspiraciones de un boleto para la próxima Liga de Campeones.
El City, que ocupa el segundo puesto de la Liga Premier inglesa, sufrió su sexta derrota de la campaña en que buscaba la defensa de su título, algo que parece ahora imposible. Está a 22 puntos de Liverpool, con 13 fechas por disputar.
En estas circunstancias, parece inevitable que los Reds conjuren una sequía de títulos de 30 años en la Premier. Liverpool podría asegurar el título el 16 de marzo, si gana el derbi de Meseyside como visitante ante el Everton.
“Un dueño de la Liga Premier dijo que esto no podía ocurrir de nuevo, pues no era bueno que el City ganara el título de aquella forma, con 100 puntos”, rememoró Guardiola en referencia a las declaraciones de Scudamore, sin mencionarlo por su nombre. “Ahora, el dueño de la Premier debería estar preocupado por el Liverpool”.
Steven Bergwiijn aportó un gol con una volea en el partido que marcó su debut, y Son Heung-min hizo el otro tanto por los locales, ante un rival que se quedó con 10 hombres.
Tottenham trepó al quinto sitio y se aproximó a cuatro puntos del Chelsea, que es cuarto.
Los dirigidos por Mourinho sacaron la mejor parte en el duelo ante los monarcas vigentes, pese a tener sólo un tercio del tiempo de posesión y a ser superados en el rubro de disparos a puerta, por 17-3.
Tottenham anotó en dos de los disparos que ejecutó, y aprovechó la superioridad numérica. Olecsandr Zinchenko empujó a Harry Winks a fin de frenar un contraataque a los 60 minutos, para que el mediocampista del City recibiera una segunda tarjeta amarilla.
Tres minutos después, los Spurs se colocaron adelante. Bergwijn recibió con el pecho un pase de Lucas Moura, controló la pelota dándose la vuelta y definió con una volea a la base de un poste. El extremo había llegado apenas cuatro días antes, procedente del PSV Eindhoven de Holanda.
“El gol en su debut fue como la cereza del pastel, tras una estupenda actuación”, dijo Mourinho en referencia a Bergwijn. “Independientemente del gol, yo diría que su desempeño fue muy bueno, muy sólido y maduro. Trabajamos duro durante la semana”.
Poco después de que Bergwijn se marchó acalambrado, llegó el segundo tanto, en cuya gestación contribuyó el fichaje récord del periodo veraniego.
Tangui Ndombele había estado apenas un minuto en la cancha cuando filtró un balón hacia el surcoreano Son, quien venció al arquero Ederson a los 71 minutos.
Mourinho se mostró jubiloso, al llevarse el duelo ante Guardiola, su rival acérrimo cuando el primero dirigía al Real Madrid y el segundo al Barcelona.
Pero en todo el primer tiempo, el humor del estratega portugués había sido distinto. Se disgustó y rio de manera irónica tras varias decisiones arbitrales contrarias al Tottenham.
Arsenal se resignó horas antes a un empate sin goles frente al Burnley, que le dejó en el décimo puesto de la Premier, a 10 puntos de los lugares que conceden boletos para la Liga de Campeones.
Los Gunners no han ganado en la Premier desde el 1 de enero. Como visitantes, estuvieron cerca de recibir un tanto a los 77 minutos, cuando Jay Rodríguez impactó el travesaño con un tiro corto. La pelota rebotó justo sobre la línea de gol.
Rodríguez, James Tarkowski y Jeff Hendrick habían dilapidado ya oportunidades de poner arriba a los visitantes.
