Por BRETT MARTEL
NUEVA ORLEÁNS
Agencia (AP)
Zion Williamson logró el último enceste de su esperado debut en la temporada regular de la NBA, mientras el público que colmaba el graderío pedía a coro su nombramiento como el Jugador Más Valioso.
Luego, la primera selección general en el draft de la NBA se marchó al banquillo, por disposición del personal médico. Williamson miró cómo el partido se les escapaba a los Pelicans.
El cántico del público en el Smoothie King Center cambió entonces a: «Queremos a Zion».
Williamson coronó su debut en la NBA al anotar 17 de sus 22 puntos durante el cuarto periodo. Con ello, entusiasmó al público local, pero no consiguió darle la victoria a los Pelicans.
LaMarcus Aldridge sumó 32 puntos y 14 rebotes, DeMar DeRozan añadió 20 unidades y los Spurs de San Antonio resistieron la exhibición final de Williamson para imponerse el miércoles 121-117 a Nueva Orleans.
Tras pasar los últimos tres meses recuperándose de una cirugía artroscópica en la rodilla derecha, Williamson dijo que observar los últimos minutos desde el banco fue «muy difícil».
Williamson tuvo dificultades para encontrar la puntería durante los primeros tres periodos. En ese tramo, jugó menos de 12 minutos.
Cuando comenzó el último cuarto, la primera selección general del draft había logrado apenas cinco puntos, cuatro rebotes y una asistencia. Había perdido cuatro balones.
Pero de pronto, se encontró desmarcado para embocar un triple, con unos nueve minutos por disputar. Otro enceste de tres puntos puso de pie a los fanáticos.
Y luego, prodigó una candente exhibición de tres minutos, que incluyó un pase elevado para un alley-oop, un enceste tras un rebote, un intento de encestar de espaldas al aro y otros tres triples.
Finalizó el ataque con un tiro libre, en medio de los cánticos de la multitud.
El joven fue sustituido poco después. Los Pelicans habían comenzado el periodo 12 puntos abajo y se habían acercado a 109-108.
En momentos en que Nueva Orleans busca cuidar a Williamson, no volvió a la cancha.
Los Spurs comenzaron a alejarse otra vez en el marcador, antes de embolsarse el triunfo.
