Por JENNA FRYER
Agencia AP
Robert Glenn «Junior» Johnson, un traficante de licor convertido en piloto de NASCAR al que el escritor Tom Wolfe llamó «El último héroe estadounidense» en un artículo de 1965 para la revista Esquire, falleció. Tenía 88 años.
NASCAR anunció el fallecimiento de Johnson, ganador de 50 carreras como piloto y 132 como dueño. Fue miembro de la primera clase consagrada en 2010 al Salón de la Fama de NASCAR.
«Desde sus primeros días como traficante de licor hasta el final de su vida, Junior encarnó absolutamente el espíritu de NASCAR», dijo en un comunicado el presidente de NASCAR, Jim France.
«Fue uno de los primeros consagrados en el Salón de la Fama de NASCAR, un reconocimiento a una carrera extraordinaria tanto de piloto como de dueño de un equipo.
«Entre sus logros en las pistas y su introducción de Winston (patrocinador) en el deporte, pocos han contribuido al éxito de NASCAR como lo hizo Junior.
«Toda la familia de NASCAR está triste por la pérdida de un verdadero gigante de nuestro deporte, y presentamos nuestras más profundas condolencias a la familia y amigos de Junior en este difícil momento».
Desde North Wilkesboro, en Carolina del Norte, Johnson fue nombrado en 1998 uno de los pilotos más grandes de NASCAR tras una trayectoria de 14 años que terminó en 1966 e incluyó una victoria en las 500 millas de Daytona en 1960.
Johnson afinó sus habilidades de piloto cuando transportaba licor por las colinas de Carolina del Norte, delito por el que le impusieron una condena federal en 1956 y recibiría el perdón presidencial del mandatario Ronald Reagan en 1986.
Wolfe fue el primero en inmortalizarlo en un artículo en 1965 y después en la adaptación cinematográfica de 1973 «The Last Ameircan Hero» estelarizada por Jeff Bridges.
Como dueño de coches para pilotos que incluyeron a Darrell Waltrip, Cale Yarborough, Bill Elliott y Terry Labonte, Johnson ganó seis campeonatos de Copa. Su última victoria como dueño la obtuvo Elliot en la carrera Southern 500 de 1994.