Kemba Walker (8) de los Celtics de Boston avanza con el balón. FOTO LA HORA: MICHAEL DWYER/AP.

Por JIMMY GOLEN
BOSTON
Agencia (AP)

Kemba Walker anotó 39 puntos en el partido que marcó su regreso tras ser retirado de una cancha en camilla y con un collarín. Ello casi bastó para que los fanáticos de Boston se olvidaran del jugador a quien Walker reemplazó.

Pero no lo olvidaron.

En una noche en que el público pareció más interesado en mofarse del armador Kyrie Irving, Walker lució recuperado y guio ayer a los Caltics hacia una victoria por 121-110 sobre los Nets de Brooklyn.

«He estado bien, pude haber jugado el partido anterior, sinceramente», aseveró Walker. «Si estoy en la cancha me concentro en eso. No pensaba en las lesiones, sino en ganar».

Walker abandonó el duelo del viernes entre Boston y Denver tras una colisión contra Semi Ojeleye, y se perdió el compromiso del lunes ante Sacramento. El miércoles jugó 31 minutos, en los que añadió seis rebotes y cuatro asistencias.

Logró 13 unidades en el tercer periodo, cuando Boston anotó nueve unidades consecutivas para convertir un déficit de un punto en una ventaja de 91-83.

El entrenador de los Celtics, Brad Stevens, dijo que una colisión como la que sufrió Walker puede ser peligrosa, aunque no lo parezca. Y a veces, los golpes que parecen más graves resultan menores.

«Es muy afortunado el hecho de que él esté jugando y sintiéndose bien dos días después», resaltó Stevens. «Fue bueno ver esto».

Jaylen Brown agregó 22 puntos y capturó 10 rebotes, y Jayson Tatum totalizó 16 unidades y nueve tableros para los Celtics, que mejoraron su foja en casa a 7-0 esta campaña.

Garrett Temple anotó 22 puntos y Joe Harris agregó 21 para Brooklyn, que metió 21 de los 56 intentos de triple que efectuó, una marca del equipo en la temporada. Jarrett Allen aportó 17 puntos y 14 rebotes, y Spencer Dinwiddie agregó 16 unidades y 11 asistencias.

Pero el jugador de los Nets que más llamó la atención fue Irving, pese a que se ha perdido los últimos siete partidos por un dolor de hombro. El público no dejó de hostigarlo, pese a que no estuvo presente en la cancha.

En la entrada a la arena había carteles que lo retrataban como un cobarde. «¿Dónde está?», decían las camisetas usadas por varios espectadores con el número 11 que llegó a portar en los Celtics.

Y durante el partido, le dedicaron un coro insultante.

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