La estadounidense Nia Ali festeja tras conquistar el oro en los 100 metros con vallas durante el Mundial de atletismo en Doha. Foto La Hora: AP/Petr David Josek

DOHA, Qatar
AP

No resulta exagerado decir que Nia Ali estuvo bastante ocupada ayer. Llevaba una hija en brazos, otro a su lado, y una medalla de oro pendía de su cuello.

Y todo eso fue cuando ya había terminado de competir en la carrera.

La estadounidense logró otro triunfo emblemático para un Mundial que seguramente conquistó el corazón de más de una madre. Añadió su nombre a la lista de mamás que han obtenido títulos en estas justas, al dar la sorpresa en los 100 metros con vallas.

“Es muy inspirador ver que todas se unen y que se retroalimentan”, comentó Ali.

Su hijo Titus de 4 años y su hija Yuri, de 16 meses, bajaron desde el graderío, para acompañar a la atleta en la vuelta triunfal. La estadounidense llevaba la bandera de su país a las espaldas, y mecía a Yuri en los brazos. Mientras, Titus saltaba y bailaba por la parte exterior de la pista.

Fue un modo ad hoc de concluir un Mundial y un año en que se ha hablado mucho de las madres que luchan por remuneraciones equitativas, mejores contratos y más respeto de las empresas, lo mismo en las pistas de atletismo que en las canchas de fútbol de todo el mundo.

Y en otra muestra, Allyson Felix, la estadounidense que encabezó un movimiento para que Nike reconfigurara los términos contractuales para las deportistas embarazadas, obtuvo un oro de regalo sin competir siquiera.

El equipo femenino de relevos 4×400, liderado por las vallistas Dalilah Muhammad y Sydney McLaughlin, se impuso por la friolera de 2,97 segundos sobre Polonia. Ello le redituó otro oro a Felix, quien había corrido el heat eliminatorio.

Ningún país logró más oros que Estados Unidos en este Mundial. Empató su récord de estos campeonatos con 14.

El total de preseas de los estadounidenses en este Mundial fue de 29, una menos que el récord impuesto en Londres 2017. Envía la señal de que Estados Unidos lucirá temible durante los Juegos Olímpicos del año próximo en Tokio.

Jamaica, ya sin Usain Bolt, fue segunda en medallas totales, con 12. Kenia se ubicó en el segundo puesto bajo el criterio de preseas doradas, con cinco.

Cuba fue el país latinoamericano mejor ubicado, con una de oro, una de plata y una de bronce.

De hecho, parece que algunos de los principales duelos en el atletismo olímpico será entre estadounidenses.

Ali se impuso a la plusmarquista mundial Keni Harrison, para dar a las estadounidenses su segundo 1-2 en vallas, dos noches después de que Muhammad impuso el récord del orbe en los 400 metros con obstáculos para superar por muy poco a McLaughlin.

Pero era difícil pronosticar la victoria de Ali. Para todos, menos para ella misma.

Harrison ha terminado segunda durante buena parte del año respecto de la jamaiquina Danielle Williams la líder mundial que se negó a abandonar la pista tras una salida en falso en su campeonato nacional, pero quien recibió un boleto mundialista después de que su federación anuló aquella carrera.

“He pasado por mucho”, comentó Williams tras finalizar tercera. “No me puedo quejar”.

Cuando Ali cruzó la meta y vio su nombre junto a su mejor tiempo personal, de 12,34 segundos, comenzó a llorar. Fue su primer triunfo desde 2016 en una carrera de prestigio.

Otros oros fueron para el dominante equipo de hombres estadounidenses en los 4×400, la alemana Malaika Mihmbo en el salto largo, el keniano Timothy Cheruiyot en los 1.500 metros, Anderson Peters de Granada en la jabalina y el ugandés Joshua Cheptegei en los 10.000 metros.

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