Por DÉBORA REY/AP
BUENOS AIRES
El último campeón River Plate quedó a un tiro de jugar una nueva final de la Copa Libertadores al vencer 2-0 a su clásico rival Boca Juniors ayer, en el duelo de ida de una de las semifinales.
Los goles fueron convertidos por el delantero colombiano Rafael Santos Borré, de penal a los 8 minutos, y el volante Ignacio Fernández, a los 70, en el estadio Monumental, colmado con 70 mil simpatizantes locales.
El cruce se dio menos de un año después del triunfo de River sobre Boca en la final histórica y convulsa del torneo continental, definida en Madrid y considerada el clásico más importante de todos los tiempos.
La vuelta de aquella final debió mudarse a la capital española luego que hinchas atacaron con piedras y otros proyectiles el autobús que transportaba a los jugadores boquenses hacia el Monumental.
“Se vio un justo ganador. Fuimos superiores, nuestra búsqueda tuvo su premio”, destacó el técnico millonario Marcelo Gallardo, autor intelectual de una histórica paternidad sobre el clásico rival en duelos de eliminación directa en el último tiempo. “Vamos a jugar en un contexto muy adverso, pero también sabemos resolver situaciones en esos contextos. Podemos ser muy peligrosos de visitantes”.
Dos goles de ventaja y la propia valla en cero dejan a los millonarios como claros favoritos para la revancha que se jugará el martes 22 de octubre en La Bombonera. El objetivo es la final que se disputará el 23 de noviembre en Santiago de Chile, la primera a un solo partido en la historia del certamen continental.
“Para nada consideramos que la llave está cerrada. Quedan 90 minutos, tenemos una vida. Vamos de dejar la piel para dar vuelta la serie”, afirmó Gustavo Alfaro, técnico de Boca. “En lo anímico no hay que trabajar, estos muchachos están de pie. Podemos quedar eliminados pero en la cancha de Boca vamos a dejar la vida”.
Lejos de la autocrítica, el delantero Ramón Ábila apuntó contra el arbitraje.
“Se ve que están con crédito en el teléfono los del VAR porque llaman siempre», ironizó. “Hoy nadie pidió penal y se lo dieron igual”.
Todavía se estaban probando la ropa del partido cuando llegó la jugada que derivaría en ese penal a favor de los locales. Tras la advertencia del videoarbitraje (VAR), el silbante brasileño Raphael Claus revisó la acción y sancionó una falta del lateral Emanuel Más sobre Borré en el área. El atacante colombiano ejecutó la pena con derechazo alto y al medio.
Lo que siguió fue un trámite dominado por los millonarios, que si no se vio plasmado en la red por un marcador más amplio fue en parte gracias a las manos del arquero boquense Esteban Andrada y a los cierres a tiempo del zaguero y capitán Carlos Izquierdoz.