Buenos Aires/EFE
Recibidos por familiares, amigos y seguidores, varios de los jugadores de la selección de baloncesto de Argentina regresaron hoy a Buenos Aires tras quedar segundos en el mundial de China:
«Nunca imagino mucho. No vivo de expectativas o de sueños. Pero sí veía que el equipo tenía química y potencial. Desde Toronto 2015 que lo palpo. Algo había ahí. De todos modos llegar a la final fue una locura. Es maravilloso lo que logramos», dijo el entrenador, Sergio «Oveja» Hernández, en una rueda de prensa en el aeropuerto internacional de la localidad bonaerense de Ezeiza.
En un vuelo procedente de Amsterdam, donde hicieron escala tras partir de China, recalaron esta mañana en Argentina, junto a Hernández y su cuerpo técnico, Marco Delía, Agustín Caffaro, Tayavek Gallizzi, Lucio Redivo y Máximo Fjellerup.
En Europa quedaron Nicolás Laprovittola, Facundo Campazzo, Nicolás Brussino, Patricio Garino, Gabriel Deck y Luca Vildoza, mientras que Luis Scola, emblema del equipo, se quedó en China.
A las puertas del aeropuerto bonaerense esperaban -la llegada estaba prevista a las 6 hora local (9 GMT)- varios grupos de seguidores, así como familiares y allegados de los protagonistas, que el domingo pasado emocionaron a su país desde China al lograr el segundo puesto ante España, por 95 a 75, en el campeonato mundial.
También logró clasificarse para los próximos juegos olímpicos de Japón de 2020.
«Las sensaciones son las mejores. Había dos torneos en uno. El hecho de estar, paralelamente buscando otros resultados para clasificar a los Juegos fue muy desgastante en el día a día. Cuando entramos, ya nos tranquilizamos un poco», resaltó el entrenador.
Consultado por si Scola, de 39 años, formará parte del equipo que vaya a Japón, Hernández se mostró claro.
«Scola no me dijo si va a estar en Tokio. Falta mucho aún. Pero yo tengo la sensación de que va a querer jugar el Juego Olímpico. Y si estoy yo como entrenador, lo voy a obligar a que juegue. Es uno de los líderes más importantes de la historia del básquet argentino», agregó.
Además, reconoció que si está él como entrenador, va a obligar a Scola que juegue, al ser «uno de los líderes más importantes de la historia del básquet argentino».
Por su parte, Delía reconoció que «Oveja» Hernández «se hizo cargo del recambio» del equipo «en un momento complejo».
«Había dudas en el entorno e incluso nuestras. Pero conseguimos una identidad, aprendimos de las derrotas. Ahí hay mérito. Él respeta la naturaleza del jugador y en eso fue fundamental. Potenció nuestra confianza», consideró el jugador, de 27 años.
Hernández, junto a Delía y el presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol, Federico Susbielles -quien también regresó hoy- serán recibidos esta mañana por el presidente argentino, Mauricio Macri, en la Casa Rosada, sede del Gobierno en la capital.